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Domingo 24 de mayo de 2015
La guerra y el cambio climático
A principios del siglo XX, términos como "calentamiento global" o "daño de la capa de ozono" no figuraban en el debate mundial. Sin embargo, los científicos sí comenzaban a cuestionarse sobre los efectos que estarían produciendo en la atmósfera la artillería y los explosivos de la Gran Guerra. Incluso, algunos estudios los relacionaban con los cambios climáticos que ocurrían en planeta. "Al iniciarse en Europa las primeras batallas, se vio en los países de ese continente una variación brusca en el tiempo, lo que dio origen a observaciones que buscaban comprobar su conexión con la guerra", informaba "El Mercurio" el 23 de mayo de 1915.
Se pensaba que los cañonazos hacían llover, dado que las explosiones colocaban en el aire granitos de polvo que podían desempeñar el papel de núcleos de condensación. Así lo exponía el profesor de la Universidad de Chile Pablo Rossi: "Esta hipótesis afirma que en los combates se han generado grandes cantidades de estas partículas en torno a las que se adhiere el vapor de agua presente en la atmósfera".
Los detractores de esta teoría aseguraban, en tanto, que "la causa precisa del fenómeno era una actividad mayor del Sol". Vale decir, hubo variaciones en la cantidad de calor que el Sol envió a la Tierra y estas modificaron las condiciones meteorológicas del planeta.
Tras largas discusiones, finalmente, los investigadores no encontraron evidencia para demostrar que la crudeza del invierno europeo anterior se debiera a los agentes contaminantes de la guerra. Años después, se hablaría sobre los gases de efecto invernadero.
En el diario se añadía que en Chile, dada la enorme distancia, no había razón alguna que asegurara que las intensas lluvias caídas fueran un efecto bélico. Durante el invierno de 1914, en la zona central hubo fuertes temporales e inundaciones. Según los registros del anuario meteorológico, en Santiago llovió 43 días. Pero, en realidad, lo que había ocurrido no era nada nuevo. Solo se trataba del fenómeno de "El Niño", aunque en esos tiempos dicha denominación aún no se usaba.