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Cartas
Sábado 23 de mayo de 2015
El daño de los sesgos ideológicos
Señor Director:
Dado el contexto nacional, marcado por reformas estructurales y cambios profundos, espíritu crítico y baja confianza ciudadana, y en relación con el discurso presidencial del 21 de mayo, quisiera hacer un llamado e invitación para que finalmente aprendamos la lección del daño que provocan los sesgos ideológicos, cuyas raíces podemos encontrar en libros y teorías, antes que en la realidad y los matices que presenta.
Son resultado del menosprecio de los acuerdos, como si estos fueran derrotas frente a lo que plantea la contraparte. Por el contrario, es sano admitir que tenemos que ser capaces de encontrarnos a medio camino, ya que ninguno es poseedor de la verdad, dado que la historia da contundentes pruebas de que la unidad es un requisito sin el cual no se puede progresar, lo que no es sinónimo de homogeneidad, sino que de saber trabajar respetuosamente en medio de la diversidad.
Cuando hablamos de recuperar las confianzas, de la necesidad de líderes creíbles, de la coherencia entre discurso y acción, es necesario recordar que hay que partir por escuchar. Pero hacerlo sin prejuicios, con genuino interés, para descubrir y considerar el aporte de quienes ven las cosas desde una perspectiva distinta, pero que probablemente comparten con nosotros una intención positiva, que apunta al bien común. Ese es el piso para reconstruir la confianza resquebrajada, de la mano con otro requisito fundamental: la humildad. Lo que explica muy bien San Alberto Hurtado en su libro de 1941 "¿Es Chile un país católico?".
"La desconfianza debe ser alejada antes que nada... Toda crítica de las doctrinas disolventes debe tener dos puntos: una vuelta hacia nosotros, hacia nuestros egoísmos, hacia nuestras culpabilidades, para corregirlas; otro, al sistema disolvente en lo que tiene de falso, de destructor. No es justo condenar al enemigo mientras yo guardo mis egoístas complicidades". Fuertes palabras de uno de los líderes más notables de nuestro país, quien a lo largo de su vida tuvo una perfecta unidad entre su discurso y su obrar, cuyo pensamiento sigue más vigente que nunca.
Bruno Baranda Ferrán
Presidente de Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC)