Señor Director:

Conocer tempranamente el estado de la lectura en nuestros estudiantes es una de las formas que tenemos de mejorarla y capitalizar así su desarrollo futuro. Es por ello que considero que la suspensión del Simce en 2° Básico es un error, sabiendo la importancia de una buena comprensión lectora en niños y niñas para expandir sus conocimientos.

Los resultados de estos instrumentos evaluativos entregan información sobre el estado de prácticas educativas, y esto sirve a los establecimientos para idear e implementar acciones para combatir deficiencias. Esta información comparable también es valiosa para las familias, las que conociendo el nivel de lectura del establecimiento medido, pueden involucrarse oportunamente con acciones pro mejora. Y mientras antes pase esto, mejor.

Me parece que las razones que se han dado para eliminar esta prueba son débiles y subjetivas. Desconozco si el supuesto agobio para los estudiantes, producido por una prueba de comprensión lectora sin consecuencias, está sustentado con evidencia empírica. Debemos recordar que esta evaluación, aplicada una vez al año, es similar a otras pruebas de comprensión lectora realizadas en la propia asignatura y, además, tiene una duración aproximada de solo una hora.

Quisiera ir más allá: ¿Sabe acaso el Mineduc que en los modelos pedagógicos extranjeros más exitosos los estudiantes no solo responden pruebas de medición de logro, sino que también escriben ensayos, realizan investigaciones, visitas de campo y otras labores que mejoran su aprendizaje y autonomía, y nunca serían consideradas "agobiantes" por muy temprano que se realicen? La distancia es vasta entre nuestra enseñanza y otras, ya es hora de preguntarse por qué.

No está de más decir que si logramos que nuestros estudiantes lean adecuadamente e interioricen de mejor manera los conocimientos impartidos, se contribuiría a la disminución de las brechas socioeconómicas que existen desde la cuna entre nuestros estudiantes, las que, junto a otros aspectos, contribuyen a la desigualdad social. Entonces, informarse, actuar y mejorar debiera ser prioridad; y nuestro desafío, avanzar en un Simce con resultados individuales cuyos resultados permitan realizar acciones específicas para cada estudiante con mayores posibilidades de éxito.

Sebastián Izquierdo
Ex secretario ejecutivo Agencia de Calidad de la Educación