Señor Director:

En las últimas semanas se ha retomado el debate sobre la eliminación de la prueba Simce de lectura de 2° Básico. Si en algo estamos todos de acuerdo, es en que todos nuestros niños y niñas merecen una educación de calidad. Mucho menos claridad y acuerdo existe respecto de la relación que existe entre la evaluación del aprendizaje y el logro de una educación de calidad.

Por sus características, las pruebas Simce posibilitan cierto tipo de medidas remediales que creemos no son las más acertadas para mejorar los aprendizajes en estudiantes más pequeños. Esto porque el reporte de resultados a nivel agregado busca habilitar medidas remediales en el proceso educativo como un todo y no a nivel del estudiante y sus necesidades particulares. Además, una prueba de lápiz y papel en niños que están transitando desde una etapa cognitiva preoperacional a una de operaciones concretas, limita los contenidos que son posibles de evaluar y puede incluso estrechar la experiencia educativa y la creatividad en estudiantes pequeños.

Lejos de sugerir que la evaluación es de por sí negativa para los aprendizajes, queremos abrir a los estudiantes más pequeños la posibilidad de acceder a una evaluación que se adapte mejor a sus necesidades de aprendizaje. A diferencia de las evaluaciones del aprendizaje como el Simce, las evaluaciones formativas o para el aprendizaje como las que proponemos proveen información inmediata, que permite generar retroalimentación inmediata a cada estudiante en particular. Más aún, esta información permite al docente reflexionar acerca de sus prácticas pedagógicas, para así ajustar elementos que pueden no estar dando los resultados esperados, y generando en el proceso una cultura de evaluación que amplía las capacidades del cuerpo docente, para usar de manera efectiva todas las evaluaciones disponibles.

En ese sentido, la prueba formativa que sugerimos para 2° Básico es una respuesta mucho más efectiva que nuestro actual Simce para lograr la meta en la que estamos de acuerdo: que toda niña y niño aprenda a leer, entregando oportunidades para la vida sin distinción.

Carlos Henríquez
Secretario ejecutivo
Agencia de Calidad de la Educación