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Cartas
Lunes 04 de mayo de 2015
Centros de formación técnica estatales
Señor Director:
El día lunes 27 de abril conocimos a través de la prensa la sorpresiva quiebra del Instituto Profesional Insec, medida cuyo costo más alto, sin duda, lo pagarán sus cientos de alumnos que quedan abandonados y sin terminar sus carreras.
Observamos cómo una institución privada, sin controles adecuados, deja en la más total indefensión a sus alumnos.
Recientemente me referí a la creación de 15 centros de formación técnica (CFT) estatales. Para aclarar, y no equivocar el rumbo de las discusiones que se han originado, creo necesario destacar, primeramente, que la decisión de la Presidenta de la República de instaurar dichos CFT en el país radica en que estos se constituirán como corporaciones sin fines de lucro, que se harán cargo especialmente de aquellos jóvenes más vulnerables, de las personas desocupadas y de trabajadores y personas con capacidades diferentes; es decir, los más excluidos de un sistema, hasta el momento, solo privado.
Con esta medida, se repara el hecho de que no existe en el país ningún CFT del Estado. Tal como señaló la Presidenta, "al ser estatales los nuevos CFT garantizarán el acceso nada más que en función de los méritos y la totalidad de los recursos se van a destinar a mejorar la formación".
La institución que estará a cargo de la Universidad de Santiago, además, pretende establecer los lineamientos base para el ordenamiento de un nuevo Sistema de Formación Técnico-Profesional, y de un marco regulatorio para los agentes del sistema actual, insertando la pertinencia y la calidad como eje central para el desarrollo del entorno social y productivo de la región y del país en su conjunto.
Según datos de enero publicados por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) en su sitio oficial, actualmente la mitad de los institutos profesionales (IP) y CFT están acreditados. Esto difiere de lo que ocurre con las universidades, donde la gran mayoría (71%) de las instituciones están certificadas.
La misma fuente señala que, de los 33 IP que cuentan con autonomía, únicamente 19 tienen su acreditación. De estos últimos, solo uno tiene el máximo de siete años que concede la CNA. En tanto, el grueso de los IP (12) tiene entre dos y tres años de acreditación. De todos los IP que están certificados, solo uno, además de las áreas obligatorias, obtuvo la certificación en el área electiva de vinculación con el medio. Asimismo, hay 14 institutos profesionales que actualmente no cuentan con la acreditación. A seis de estos, la CNA les rechazó la certificación, mientras que hay ocho que nunca se han presentado a este proceso de medición.
En el caso de los CFT, de los 38 con autonomía, 19 están acreditados e igual número no lo está. Actualmente, además, no hay ninguno que tenga el máximo de años de acreditación.
Está claro que la iniciativa de los CFT estatales puede despertar rechazo de quienes, hasta el momento, se han desarrollado bajo la lógica privada y con pocas regulaciones, pero lo cierto es que, por la enorme cantidad de jóvenes que serán beneficiados, vale la pena concretar medidas que sean verdaderas herramientas de movilidad y bienestar social.
Dr. Juan Manuel Zolezzi
Rector Universidad de Santiago de Chile