Señor Director:

Una vez más, un importante patrimonio cultural está en peligro de desaparecer o ser modificado hasta el punto de perder su forma para dar cabida a una mayor eficiencia de sus espacios (eficiencia que es perfectamente posible obtener en otra parte o de otra manera). Esta vez se trata del edificio de Vicuña Mackenna 20, que pertenece a la Universidad de Chile y que albergó a la Facultad de Química y Farmacia.

La historia de este edificio está profundamente inserta en la historia de este barrio de Santiago y de una facultad universitaria. Fue albergue de juventud, estudios, ideas. Es el testigo que va quedando, pues el patrimonio cultural es un testigo. Da testimonio no de un hecho coyuntural que pasa, sino de una presencia patrimonial plena de contenido que ha permanecido, superando al tiempo. Toda presencia patrimonial nos llama a una comunión con los imponderables de valores y creencias que en un momento ella encarnó, nos comunica con lo que hemos sido como sociedad, y nos otorga raíces y seguridades en este mundo de desarraigo de poblaciones y de confianzas.

Lo que está en juego ahora es la permanencia integradora e íntegra de este testigo, adaptado a las necesidades de la Universidad y del tiempo, renovado así con amor en el corazón de la ciudad. Lo que está en juego también es la capacidad imaginativa y compatibilizadora de los responsables de este espacio urbano.

Confiamos en que las autoridades de la Universidad de Chile, guardiana y promotora de parte importante del patrimonio de ideas y desafíos de esta nación, se manifiesten a la altura que esperamos de ellas.

Marta Cruz-Coke de Lagos