La adversidad es parte de la vida, y negarla, además de ser una utopía, no contribuye a formar en los adolescentes una personalidad con fortalezas para enfrentarla cuando se hace presente en sus vidas.
La adolescencia es una edad en la que pequeños obstáculos suelen ser maximizados y vividos como una tragedia y pueden llevar a actitudes autodestructivas o paralizantes. Contar con modelos de personas reales que han enfrentado valientemente los problemas puede ser una poderosa herramienta psicoeducativa. Ayuda a los adolescentes a poner en perspectiva los problemas que tienen y verlos como situaciones a superar. También les enseña a tener la valentía de seguir adelante, a pesar de lo sombrío que parezca el camino.
Un excelente ejemplo de película para conversar con los hijos adolescentes o en el contexto escolar sobre cómo enfrentar la adversidad es "La teoría del todo", una cinta basada en la biografía de Stephen Hawking y su señora. Ambos, ante un diagnóstico devastador como es la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) -un cuadro de deterioro neurológico progresivo en que se va perdiendo la capacidad de moverse- optan por continuar con su vida.
Al filme, dirigido por James Marsh, se le ha criticado que se centra más en aspectos personales de la biografía que en las grandes contribuciones de Hawking a la física y a la comprensión del origen del universo. Esto es, a mi juicio, lo que hace que sea un gran aporte desde el punto de vista educativo, especialmente para los adolescentes. Ellos están en una etapa del desarrollo en la que requieren aprender a seguir adelante con sus proyectos de vida a pesar de las dificultades que se les presentan.
El protagonista, al perder sus habilidades motoras, permanece en una silla de ruedas, pierde la facultad de hablar y de comer solo. Le habían pronosticado dos años de vida en la década de los sesenta y hoy, a los 73, continúa trabajando. Dotado de una inteligencia brillante y de una enorme pasión por lo que hace, logró no hacer de su vida un infierno y convertirse en un aporte para la humanidad.
Quizás el enfoque más productivo, cuando por alguna razón las trayectorias de vida se ven tocadas por la adversidad, es centrarse en las competencias que están indemnes y en los recursos que se tienen disponibles, en este caso su cerebro. Dejarse cuidar y aceptar la ayuda de quienes nos quieren puede hacer la diferencia entre un enfoque destructivo de los obstáculos y un enfoque constructivo. Sin negar las dificultades, evaluar con que recursos se cuenta y aceptar la cooperación de otros permite seguir caminando. Las personas que están y estuvieron alrededor de Hawking actuaron como tutores de resiliencia y lo impulsaron a desarrollar sus talentos y su vida.