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Viernes 17 de abril de 2015
La despedida de la U fue con un papelón gigante
Un fiasco resultó el equipo de Lasarte ayer, como todo el semestre, con errores individuales groseros y sin respuestas anímicas. El "Colorado" aprovechó todas las regalías y lo pasó por arriba.
E. Garrido y A. Cisternas
Un apaleamiento futbolístico por donde se lo mire. La U sigue mirando de lejos la Copa Libertadores, historia repetida, pero esta vez agregó mucha leña al bochorno.
Los azules se desmoronaron por completo. A los 32 minutos de juego, ya perdían 3-0, con la moral por el suelo y sin respuestas futbolísticas ni anímicas frente al crecido rival gaúcho.
Nadie se salvó. Johnny Herrera abrió la debacle cuando recibió un balón rasante de Osvaldo González, pero falló en el control y Nilmar le marcó el primero en el arco norte de Ñuñoa.
Ahí a todos los de azul se les movió el piso, mientras el Inter sacó todo su oficio para liquidar la jornada. Un contragolpe perfecto con dos toques verticales (D'Alessandro y Nilmar) para poner a Sasha mano a mano con Herrera: 2-0.
Los brasileños, bien calibrados en el medio con Charles Aránguiz y la zurda de D'Alessandro, no tuvieron compasión. Nilmar desafió la inocente marca doble de José Rojas y Guzmán Pereira, y colgó el tercero, con Herrera impotente y aturdido.
Había que hacer algo, no estaba claro qué, pero la catástrofe merecía culpables: "Machete" decidió sacar antes del descanso a Paulo Magalhaes.
El martirio del "Chuncho" no terminó ahí. Si faltaban más ingredientes para la humillación, en la visita ingresó Valdivia, un imitador del "Mago" del Palmeiras, que encajó el cuarto entre las piernas de Herrera y celebró como lo hace el ex colocolino, con gestos de llanto.
Se terminó el semestre y los azules se quedan sin premio. La goleada fue un aderezo cruel, lapidario y necesario para reformular desde la raíz.
Palestino paga su osadía y se despide de la Copa Libertadores
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Se acabó.
Un corner agónico terminó por sepultar la aventura copera de Palestino. Leandro Marín aplicó un testazo que no pudo detener Darío Melo y Boca Juniors timbró su campaña perfecta en la fase de grupos. Luego, en los descuentos Calleri abultaría el marcador. Pragmatismo puro.
Pero al jornada final tuvo un desarrollo, donde los chilenos pelearon el protagonismo. El equipo de Pablo Guede jugó sin máscara, al todo o nada, fiel a la propuesta que lo hizo famoso. Los tricolores se apoderaron de la pelota y encontraron espacios para hacerla circular: Carvajal y Torres bien abiertos, mientras Vidangossy, Silva, Valencia y Riquelme se asociaban por dentro.
La temprana salida de Matías Escudero (con una molestia en el brazo izquierdo), obligó a gastar un cambio, pero el equipo se acomodó sin sobresaltos, amparado en los recorridos solidarios de Agustín Farías y en la ubicación de Diego Rosende.
Boca Juniors no ocultó su incomodidad. Se quedó sin circuito para avanzar, fue obligado a jugar en trazos largos, debido a la presión que imprimía Palestino. Los disparos del Leo Valencia en el primer lapso fueron un aviso.
Tras batallar con esmero, en el último cuarto de hora aparecieron las grietas en el campo de Palestino, porque las piernas ya no daban más. Melo pasó aprietos con los remates de Meli y Cubas, y Guede respondió con el ingreso de César Valenzuela, para aumentar la precisión en el último pase. No ocurrió, aunque el equipo chileno inquietó a través de algún balón detenido (Paulo Díaz casi emboca un cabezazo). El "Vasco" Arruabarrena trató de recuperar el dominio con el ingreso de Fernando Gago.
En la parte final, Palestino se puso en el paredón. Vadagán remeció el travesaño, luego enfrentó cara a cara a Melo, pero se impuso el meta, y al rato Díaz le sacó el gol en la línea. El "Chupete" Guajardo tuvo el triunfo pero le pegó a la tribuna. Boca no perdona dos veces y terminó por encajar. Chao Palestino.