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Cartas
Viernes 17 de abril de 2015
¿Sumar pensiones contributivas de reparto?
En el debate sobre pensiones, la propuesta radical es obligar a cotizar un 4% del sueldo, adicional a lo que ya cotizamos, para financiar nuevas pensiones contributivas de reparto.
Cuando un infortunio empobrece a la tercera edad, en relación con los trabajadores activos y los jóvenes, es justo ayudarla. Uno de los medios para ello es crear o ampliar pensiones de reparto. Sin embargo, los empleadores trasladan toda mayor cotización de su cargo hacia menores reajustes de salarios y a mayores precios finales, como prueba la evidencia para Chile. Por eso, los recursos necesarios se extraen a los trabajadores activos y a los jóvenes de ahí en adelante.
La disminución de la fecundidad ya ocurrida en Chile garantiza que el reparto obtendrá un interés implícito muy negativo en los próximos 50 años. Por esto, ampliar el reparto en 2015 sería inusualmente injusto con los actuales trabajadores.
¿Y si la demografía estuviera estable? Para ese caso, veamos el informe oficial de Suecia Orange Report 2013. Revela que su plan de pensiones contributivo de reparto da un interés implícito inferior al de su plan contributivo de capitalización, en promedio. Y sus números explicitan que, por eso, para una misma tasa de cotización y una misma densidad de aportes, su plan de reparto pagará pensiones 43% más bajas que el de capitalización. Es así como el reparto extrae los recursos con que ayuda a la tercera edad desde los trabajadores activos y jóvenes.
Frente a una tercera edad empobrecida por la guerra, en los años 50, ¿convenía ayudarla elevando las pensiones "no contributivas" de reparto, como la pensión básica, o era mejor hacerlo creando pensiones "contributivas" de reparto? En un estudio que contó con el apoyo económico de las AFP, reviso la experiencia de Holanda y Dinamarca. Esos países descubrieron que la primera ruta es más equitativa, da más seguros a los pensionados de menor ingreso y es más eficiente. En cambio, la creación de pensiones contributivas de reparto pasa subsidios mayores a los miembros de la tercera edad inicial que hicieron más contribuciones en el pasado, es decir, que fueron más ricos.
Debido a que el reparto actúa a costa de los trabajadores activos, la ayuda uniforme a toda la tercera edad solo será justa cuando casi toda ella esté empobrecida en relación con los primeros. En esto, la evidencia empírica para el Chile actual es lapidaria: los trabajadores activos y los jóvenes están en condiciones económicas levemente peores que una amplia mayoría de la actual tercera edad. Y también tienen mayor tasa de pobreza. Lo dicen las encuestas EPF y Casen. Así, crear o ampliar pensiones de reparto contributivo en el Chile de 2015 sería injusto.
A la vez, sería justificado apoyar a segmentos de la tercera edad de ingresos medios, que probaran estar empobrecidos respecto de sus pares activos por causas fuera de su control. Se propone una nueva institucionalidad para apoyar a esos segmentos, que sea transparente, y financiar esa ayuda con el excedente del Fondo de Reserva de Pensiones. También se propone recuperar el reajuste de las pensiones no contributivas según la variación del salario de los trabajadores activos, perdido en la reforma de 2008. Los reajustes perdidos en 2009-2015 suman 10%.
Salvador Valdés Prieto
Profesor de Economía UC