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Cartas
Viernes 03 de abril de 2015
Despenalización del aborto
Señor Director:
Hace algunos días, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados inició la discusión del proyecto de ley que regula la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, bajo tres causales. Lo primero que debo reconocer es una profunda satisfacción porque este debate, que estuvo 25 años oculto, se esté desarrollando de cara a la ciudadanía.
De acuerdo con el proyecto enviado al Congreso por el Ejecutivo, se busca regular la interrupción del embarazo en caso de patologías relevantes de la mujer que hagan peligrar su vida y salud (aborto terapéutico), malformaciones fetales congénitas incompatibles con la vida extrauterina (aborto eugenésico) y violación.
Respecto del primer caso, tiene por objeto evitar un peligro a la vida de la mujer embarazada, permitiendo que tenga acceso a los tratamientos médicos necesarios para preservar su vida, pese a que esto signifique la interrupción del embarazo. En la actualidad, los equipos médicos se encuentran en la incertidumbre de ejecutar acciones que protejan la vida de la madre, ya que por este hecho pueden ser sancionados penalmente.
Y como nunca está de más consultar la historia, veamos qué nos dice esta. Entre los años 1934 y 1989, nuestro Código Sanitario permitía la despenalización de aborto bajo dos causales: enfermedades graves de la madre e inviabilidad fetal. Esta normativa, además estaba en el Código de Ética de los médicos y no existía la objeción de conciencia, y eso era porque el médico asumía que debía realizar ese aborto terapéutico. Otro antecedente histórico no menos relevante, nos revela que durante esos 50 años ningún credo religioso hizo algún reparo destinado a cuestionar la labor de los médicos.
La iniciativa del Ejecutivo considera la interrupción del embarazo en caso de inviabilidad de la vida extrauterina del embrión o feto, ya sea por una alteración estructural congénita o genética. Esto deberá ser debidamente acreditado y diagnosticado por un equipo médico. Hoy las mujeres se ven forzadas a llevar a término estos embarazos, o bien se les obliga a esperar la muerte del feto.
De manera que el tema de la violación es el único aspecto innovador en la actual discusión sobre la despenalización del aborto.
Veamos qué nos dicen las estadísticas al respecto. Una de cada 10 mujeres violadas resulta embarazada y sobre esa situación existe el criterio de aplicar la píldora del día después, que no funciona o llega tarde, porque la denuncia se hace después del quinto día.
De acuerdo con lo anterior, claramente el debate hoy está centrado en la violación de una de cada diez mujeres que queda embarazada, así como en la confidencialidad y objeción de conciencia respecto del personal médico, que se puede regular perfectamente bien.
Juan Luis Castro
Diputado PS
Presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados
Ex presidente del Colegio Médico