Señor Director:
En
su carta de ayer, Jorge Costadoat, S.J., afirma que su ideal de universidad católica está "extraído del credo cristiano y de los documentos del Magisterio", y que según este ideal "todas las religiones, las diferencias, las pruebas y los errores debieran considerarse igualmente valiosos".
Sin embargo, este ideal no parece ser consistente con el Magisterio. San Juan Pablo II, por ejemplo, en Fides et ratio 5 (1998) se lamenta explícitamente de que "la legítima pluralidad de posiciones ha dado paso a un pluralismo indiferenciado, basado en el convencimiento de que todas las posiciones son igualmente válidas".
La opinión de Costadoat no constituye ninguna novedad. Hace más de 150 años, cuando Lammenais propagaba un catolicismo liberal, el Papa Gregorio XVI condenó explícitamente la doctrina de que todas las religiones y opiniones (incluso el error) tienen la misma validez, calificándola de "error pestilente" y "perversa" (cf. Denzinger-Hünermann 2730). Pío IX la llamó "sistema horrible" y "contraria a la luz de la razón" ( ibid . 2785; 2865).
En la misma línea, el Concilio Vaticano I señala que la libertad de las disciplinas no impide que la Iglesia "vigile para que estas no reciban errores contrarios a la doctrina divina" (cap. IV de Fide et ratione ).
Respecto de la libertad del teólogo para enseñar, la encíclica Veritatis Splendor 113 señala que "en la oposición a la enseñanza de los pastores no se puede reconocer una legítima expresión de la libertad cristiana ni de las diversidades de los dones del Espíritu Santo".
No es nuestra intención abrumar al lector con más citas. Habría que pedirle al profesor Costadoat (quien, según sus defensores, se caracteriza por su rigor intelectual) que explique en qué sentido su ideal de universidad católica está extraído del Magisterio.
Claudio Flores; Raúl Ahrens;
Gonzalo Letelier; Joaquín Reyes;
Patricio Domínguez; Pedro Madrid;
Claudio Pierantoni