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Cartas
Lunes 30 de marzo de 2015
Descalificar las instituciones
Señor Director:
Descalificar es intencionalmente pretender disminuir la autoridad, la capacidad o el buen crédito de una persona, un grupo o una institución. Un sector de nuestra sociedad, desde hace ya un buen tiempo, utiliza esta técnica, con el propósito evidente de que con paciencia y persistencia lograrán horadar a varias de nuestras instituciones, que son el soporte básico de nuestra estabilidad y del sistema democrático.
Esto no es nuevo, la estrategia de descalificación ya operó en Chile en décadas pasadas. Un ícono gráfico de esta modalidad fue el ataque a la Corte Suprema de nuestro país, a principios de la década de los años setenta, cuando un medio escrito tituló a toda página con un soez insulto contra sus miembros. Hoy le toca al Tribunal Constitucional, cuyos integrantes son objeto de una persistente campaña de descrédito, personal e institucional, desde personeros del mundo "académico" y político. Se acusa a sus integrantes de tener posiciones políticas, descubrimiento que se hace solo hoy, en circunstancias que en las últimas dos décadas han ocupado esa misma posición ministros de Estado, parlamentarios y personeros de izquierda, también receptores de fondos para sus respectivas campañas y defensores legítimos de sus ideas y visiones.
Lo que se busca, en realidad, es debilitar la legitimidad de esta institución, que es el órgano que la propia Constitución se ha dado para hacer respetar sus normas y valores. Y ello es inaceptable en una sociedad democrática, donde la supremacía constitucional debe respetarse por todos, para una sana y mejor convivencia de todos los chilenos.
Juan Pablo Álamos Avendaño
Abogado