Las nuevas Barbies, de Mattel, serán más caras porque traerán inteligencia y estarán conectadas a la internet.
Con su nueva inteligencia, la Barbie aprenderá el nombre de mi nieta. Poco a poco irá "entendiéndole" sus palabras y le irá respondiendo.
Como esa Barbie estará conectada a una gran nube de datos, un gran computador irá analizando lo que mi nieta dice. Y así su Barbie recibirá indicaciones para responderle mejor.
Los suscriptores de Netflix hoy ya experimentan esto: la empresa les sugiere cuáles nuevas películas o series ver, basándose en la conducta anterior.
Además, con la información de todas las dueñas de Barbies, Mattel podrá saber cuál respuesta suscita la muñeca en cada cultura y así ajustar mejor cada Barbie a las preferencias de su dueña o dueño.
Eso fue justamente lo que hizo Netflix con la serie House of Cards, contó Shai Agassi en la CEBIT que cerró hace poco en Hannover, Alemania.
Netflix había almacenado todos los datos de las preferencias de sus usuarios del mundo y le preguntó al computador que los analiza cómo tendría que construir una serie triunfadora. El computador contestó: debe ser un drama político, con el actor Kevin Spacey de protagonista, bajo la dirección de David Fincher, entre otros factores.
Netflix llamó a Spacey y a Fincher y les pidió un proyecto que siguiera las indicaciones del computador. El resultado está a la vista. "House of Cards", la primera serie planeada por un computador, satisface los gustos de millones de suscriptores de Netflix hoy.
En un mundo con 4.300 millones de celulares que entregan información sobre sus dueños, en una civilización en que el trabajo no es más un lugar, en este mundo donde no basta saber lo que ocurrió internamente en el pasado para saber lo que ocurrirá... los análisis de millones de datos en tiempo real cambiarán la coreografía de la vida.
Estaremos todos vigilados, es cierto; por eso Ed Snowden, de Wikileaks, pide que los datos se encripten en el origen. Pero los optimistas tecnológicos anuncian ventajas: por ejemplo, con los datos de millones de marcapasos será posible desarrollar un modelo y avisarle a un usuario que en tres días se le podría producir un infarto.
O bien, en una ciudad con transporte inteligente, podríamos suprimir los semáforos y los autos personales.
Es la era del análisis de los millones de datos, Big Data. Un programa de computador, como un director de orquesta, relacionará esos datos en tiempo real y satisfará la mayor parte de nuestros requerimientos personales.
Es otra coreografía de vida. Mi propia vida digital va dejando rastros, miguitas de pan que pasan a ser elementos para el trabajo del supercomputador que sugerirá no solo cuál película me gustaría ver, sino qué regalarle a mi mujer, que este abril estará de cumpleaños. Pero ese día aún no llega, tal vez por suerte.