Señor Director:

Ayer nos enteramos que el ingeniero a cargo de la construcción de un puente en Turquía se suicidó. Lo anterior trae a la memoria el caso del arquitecto del hotel Taj en Mumbai que al reparar en que su obra quedó de espaldas al arco Gate of India también atentó contra su vida.

Obviamente aquello no significa que quienes cometan errores tan manifiestos deban pagar con tan terrible acto, sin embargo no puede ser que no exista castigo contra quienes atenten con las esperanzas de una comunidad, y aquí me refiero al puente Cau Cau en Valdivia.

¿Por qué nadie ha mencionado el cobro de las boletas de garantía, que como toda obra pública deben estar en manos del MOP, o se trata de un nuevo e inexcusable error de gestión?

La ciudadanía demanda una adecuada respuesta de quienes no solo deben encargar las obras, sino cautelar debidamente de los fondos a esos efectos.

Alejandro Sáenz Llorente