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Editorial
Viernes 27 de marzo de 2015
Destino del Teatro Oriente
No hay que esperar el término de los trabajos de remodelación para designar a un director artístico u otra figura que programe las actividades futuras del teatro...
El Teatro Oriente de Providencia, uno de los cinco con que cuenta la comuna, ha sido parte importante del desarrollo cultural de la misma por varias décadas. Además de ser un cinematógrafo, fue escenario de múltiples espectáculos nacionales y extranjeros para el público del sector oriente, alcanzando una alta difusión de arte musical.
Durante la gestión del ex ministro de Cultura Luciano Cruz-Coke hubo esfuerzos por licitar el establecimiento en beneficio de la comuna, pues este es propiedad del Instituto de Previsión Social (IPS), pero dichas gestiones fracasaron. En agosto de 2014, la comuna logró reactivar las conversaciones con el IPS y obtuvo la entrega en comodato del edificio por 20 años. A partir de ese momento la alcaldesa de Providencia prometió su apertura a la comunidad lo antes posible, comprometiéndose con fechas que no ha podido cumplir hasta ahora. Solo se han presentado esporádicamente allí obras de teatro y conciertos vinculados al departamento juvenil de la comuna. Pero es necesario que se establezca con claridad la responsabilidad por la programación de las actividades futuras del teatro, sea que se designe un director artístico o que se utilice otra figura, lo que sería coherente con la centralidad y dignidad del recinto. A estas alturas, no es necesario esperar el término de los trabajos de remozamiento y mantención del inmueble para que exista esa persona y pueda avanzar en su tarea.
Respecto de los trabajos de mantenimiento, el Departamento de Asesoría Urbana (DAU) revisó el edificio y entregó un estudio sobre su conservación constatando que las graderías del tercer y cuarto piso estaban en malas condiciones y la sala, las butacas y el escenario, en estado regular. El proyecto de rehabilitación contempló intervenciones en el hall y la sala, cambios de butacas, mejoramiento de muros y suelos, y la instalación de un nuevo sistema de iluminación, entre otros, calculándose el costo de esos trabajos en unos 250 millones de pesos. Una inversión que no ha sido provista por el municipio y solo se han realizado trabajos menores de remozamiento en su infraestructura.
El Teatro Oriente es un emblema arquitectónico de la ciudad, ubicado en un espacio urbano privilegiado, que ha permitido a varias generaciones disfrutar de una programación cultural de calidad. Es responsabilidad del municipio que ahora lo administra devolverle a dicho recinto su sitial en el ámbito de las artes escénicas, y no dejarlo como un simple espacio de arriendo para cualquier género de demanda social. Sin perjuicio de que sea usado para las actividades comunales, es necesario que dicho espacio sea pensado con una programación artística mínimamente planificada y de nivel, que le permita recuperar su esplendor de antaño y lo proyecte como un centro cultural neurálgico para toda la ciudad, dentro de una oferta cada vez más numerosa y competitiva en recintos de este género.