Lento. Leeeento. ¿Media hora para una tortilla de papas, al punto que trajeron un salmorejo de cortesía para la espera? Que no estamos hablando de cazar a un animal y prender una fogata. Con dos mesas ocupadas, y ambas comiendo el menú, tampoco es que estuvieran "apanados" (en la jerga, a tope y con crisis de insumos). No. Era una apacible tarde a la hora de almuerzo. Igualita al cuadro de Dalí, con esos relojes derritiéndose.
Considerando que la carta tiene solo diez platos y una paella (que, avisan, se demora 30 minutos... o que, en algunos días, es solo a pedido), alguien puede deducir que se "peinan" con su oferta. Mas no.
Como hacía calor, se pidió sangría. Les quedaba solo para una copa aunque, con lo cargada al tinto que estaba, le hubieran sacado dos. Y luego vino la espera, con un salmorejo más consistente y espeso que lo tradicional. Y una tortilla muy sabrosa ($3.500), pero prácticamente licuada en su interior. Hay quienes las prefieren más duritas y que rueden. Otros, con el centro más viscoso. Pero si la iban a traer así, mejor que pregunten antes.
A los pocos minutos, unos pinchos de atún rojo sellado ($6.500), un contundente aunque algo mezquino rabo de buey ($9.000) y una porción de cochinillo confitado para cortarla con la cuchara ($8.900).
Todo rico, aunque gracias al amargo condimento de la demora no fue un disfrute en regla. El tiempo es un bien escaso, señores.
Y haber pedido un postre que sí es lento, como es el coulant de chocolate, a esas alturas habría sido algo cercano al suicidio por inanición.
Nueva de Lyon 99, 2 2233 1013.