Señor Director:
La carta de la doctora en derecho señora Alejandra Zúñiga no aporta ningún argumento a favor del aborto que no haya aparecido antes en este mismo medio y en muchos otros. Únicamente añade algo más de precisión acerca de algunos fallos judiciales que se han basado en esos argumentos, lo cual, en definitiva, tampoco es nuevo: todos sabemos que en los países y tribunales en que se ha legitimado el aborto hay jurisprudencia abundante al respecto.
Lo único que queda de la carta es, en el fondo y aunque no haya sido la intención de su autora, el argumento de autoridad: la OCDE, el Convenio Europeo, la Corte Interamericana, etcétera. Es un argumento que hace fuerza: si en todo el mundo desarrollado hay una mayoría amplia que lo acepta como legítimo, ¿no es algo pretencioso y provinciano creer que nuestro "Chilito" es el portador de la razón en este punto contra casi todo el resto del mundo? Sin embargo, como todo argumento de autoridad (que no es necesariamente una falacia), no es más que un indicio indirecto, el cual debe ceder si se muestran razones contrarias que traten directamente el asunto. Otros han ofrecido réplicas a los argumentos resumidos (nuevamente) por doña Alejandra Zúñiga, y volverán a hacerlo, por lo que yo quisiera limitarme al argumento mismo de autoridad.
Se admite comúnmente que las civilizaciones pasan por períodos de desarrollo y plenitud, pero también de decadencia y hasta perversión. Por eso, el consenso amplio en una civilización en un determinado momento histórico solo puede valer como argumento de autoridad para quienes estiman que se trata de un momento de elevación y no de decadencia, y esto es algo que está lejos de ser evidente en nuestro caso. Si se cree, en cambio, que se trata de un momento de decadencia (lo cual también debe ser argumentado), el consenso es casi un argumento de autoridad en sentido contrario.
Así, no es disparatado pensar que en algún momento histórico "casi todo el mundo" pueda estar equivocado y que nuestro momento sea uno de ellos. Además, cuando el consenso está lejos de ser completo, como en el caso del aborto, con más probabilidad pueden encontrarse buenas razones para estar en la resistencia, ya sea de modo particular, como los movimientos pro vida en otros países, ya sea como país en el concierto internacional.
Santiago OrregoInstituto de Filosofía UC