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RenovarNoticias
Sábado 28 de febrero de 2015
La U arriesga cerrar la Copa con pérdidas millonarias
En Azul Azul temen números rojos en sus balances si no le permiten el ingreso de sus hinchas para los dos partidos que restan en la fase grupal. Si bien Conmebol le asegura US$ 900 mil, eso se reparte entre premios para los jugadores y costear los viajes al extranjero.
Enzo Garrido A.
La versión 2015 de la Copa Libertadores, hasta el momento, ha sido una mala experiencia para Universidad de Chile. Dentro de la cancha, dos derrotas en dos partidos; y fuera de ella, el mal comportamiento de un grupo de hinchas tiene al club en riesgo de recibir un castigo.
Azul Azul se expone a una sanción de parte de la Conmebol. Ya entregó los antecedentes para explicar la situación que se vivió ante Emelec, y hoy viaja un abogado a Asunción para presentar los descargos correspondientes ante el organismo.
Uno de los mayores temores en la U es ser penados para jugar sin público en Santiago en el resto de la fase grupal.
Más allá del efecto que genera la presión del público -el jueves los azules reciben a The Strongest en un duelo clave-, el problema va a las arcas de la concesionaria. Aunque el club ya aseguró US$ 900 mil brutos de parte de la Conmebol, de esa cifra no quedan ganancias, pues -por contrato- poco más de la mitad (cerca de US$ 500 mil) se reparte entre el plantel, mientras que el resto se utiliza para costear los traslados para jugar fuera de Chile, con un costo que supera los US$ 120 mil por juego.
El negocio de los estudiantiles está en la recaudación. Los cálculos apuntan a un promedio de siete mil pesos por espectador. En la versión pasada de la Libertadores promedió 23.331 asistentes en los cuatro partidos que disputó, lo que se tradujo en poco más de 163 millones de pesos por juego. A eso se le debe descontar el costo de arriendo del estadio, que vale $5,5 millones para duelos con menos de 15 mil espectadores, y de $10, cuando se supere esa cifra. En ambos casos, el recinto ñuñoíno se queda con el 6% del borderó.
Además, están los costos operacionales, que incluyen la contratación de guardias privados y dispositivos de seguridad, los que, según datos extraoficiales, llegan a los 30 millones de pesos.
"Ese es nuestro gran problema, pues un castigo nos dejaría sin ingresos por participar en la Copa Libertadores. Si nos sancionan para jugar sin público, las pérdidas serán millonarias", cuenta una fuente de Azul Azul.
La versión 2015 de la Copa Libertadores, hasta el momento, ha sido una mala experiencia para Universidad de Chile. Dentro de la cancha, dos derrotas en dos partidos; y fuera de ella, el mal comportamiento de un grupo de hinchas tiene al club en riesgo de recibir un castigo.
Azul Azul se expone a una sanción de parte de la Conmebol. Ya entregó los antecedentes para explicar la situación que se vivió ante Emelec, y hoy viaja un abogado a Asunción para presentar los descargos correspondientes ante el organismo.
Uno de los mayores temores en la U es ser penados para jugar sin público en Santiago en el resto de la fase grupal.
Más allá del efecto que genera la presión del público -el jueves los azules reciben a The Strongest en un duelo clave-, el problema va a las arcas de la concesionaria. Aunque el club ya aseguró US$ 900 mil brutos de parte de la Conmebol, de esa cifra no quedan ganancias, pues -por contrato- poco más de la mitad (cerca de US$ 500 mil) se reparte entre el plantel, mientras que el resto se utiliza para costear los traslados para jugar fuera de Chile, con un costo que supera los US$ 120 mil por juego.
El negocio de los estudiantiles está en la recaudación. Los cálculos apuntan a un promedio de siete mil pesos por espectador. En la versión pasada de la Libertadores promedió 23.331 asistentes en los cuatro partidos que disputó, lo que se tradujo en poco más de 163 millones de pesos por juego. A eso se le debe descontar el costo de arriendo del estadio, que vale $5,5 millones para duelos con menos de 15 mil espectadores, y de $10, cuando se supere esa cifra. En ambos casos, el recinto ñuñoíno se queda con el 6% del borderó.
Además, están los costos operacionales, que incluyen la contratación de guardias privados y dispositivos de seguridad, los que, según datos extraoficiales, llegan a los 30 millones de pesos.
"Ese es nuestro gran problema, pues un castigo nos dejaría sin ingresos por participar en la Copa Libertadores. Si nos sancionan para jugar sin público, las pérdidas serán millonarias", cuenta una fuente de Azul Azul.
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