Señor Director:
El Dr. Donoso, en respuesta a
nuestra carta sobre aborto,
ha señalado algunos elementos que vale la pena comentar.
En primer lugar, alude a la baja de la mortandad materna en Chile, inclusive luego de la prohibición total de aborto, lo que no haría necesario legislar sobre el aborto terapéutico. Lo que no entiende el Dr. Donoso es que el problema no se trata solamente de salvar la vida de la madre, sino de procurarle un trato digno. Mujeres que han sobrevivido a embarazos de riesgo han explicado cómo se han visto vejadas por el sistema, al sentir que no tenían la posibilidad de elegir.
En segundo lugar, amenaza que, ante una ley muy restrictiva, el médico no actuaría y dejaría morir a la mujer. Esto se basa en una fantasía, pues no es el caso del proyecto de ley en discusión y difícilmente será el caso de cualquier proyecto que busca precisamente ampliar las posibilidades de esa intervención.
Además, dice, una ley muy permisiva podría permitir que por una causal de "daño en el bienestar psicológico" se pueda permitir el aborto. Sin perjuicio de que una ley que estableciera eso no se podría considerar, en el contexto internacional, como muy permisiva, para alegría del Dr. Donoso, tampoco es lo que propone el proyecto y, ni siquiera, ha estado presente en la discusión alrededor de dicho proyecto.
Por último, cabe reconocer las palabras del Dr. Donoso en cuanto a que el deber del médico no es imponer voluntades, sino que los obliga a comunicar a las mujeres cuál es el tratamiento -suponemos que médicamente y no moralmente- más adecuado. Esperamos que, de aprobarse el proyecto, los médicos que ejerzan la excepción de conciencia recuerden esto y, aunque ellos no realicen el procedimiento, tengan la disposición de informar correctamente a la mujer y derivarla a otro facultativo de ser necesario.
Luis Villavicencio Miranda
Jaime Winter Etcheberry