"Joven y bonita"

El cineasta francés François Ozon es un artesano de la siquis femenina. Sin la colorinche apuesta de Almodóvar, Ozon ha examinado el espíritu femenino en títulos como "8 mujeres" y "Potiche", ambos con Catherine Deneuve. Y ahora sigue escaneando comportamientos femeninos con una descendiente directa y fílmica de Deneuve en "Belle de jour". Marine Vacth es Isabelle, una joven parisina de una buena familia, con buen estatus que, al igual que la protagonista del filme clásico de 1967 de Luis Buñuel, decide, sin razón aparente, practicar la prostitución. La cámara de Ozon sigue así rutinas y la manera en que esta adolescente va haciendo crecer esta doble vida, entre hoteles de mala muerte en la Ciudad Luz. Algunos encuentros son un trámite, pero otros pueden ser peligrosos y hasta con riesgo de vida. Sin presionar la tecla moralista ni paternalista, lo que hace Ozon es mostrar una generación de la satisfacción instantánea y del caos y desorientación que sufre su joven y bella protagonista cuando pule y perfila su identidad. Interesante y provocador filme que para nada sigue la lógica del cine erótico de consumo efímero, este es un estudio serio y complejo de lo que pasa cuando improbablemente una joven decide ir contra lo establecido.

"Jeune & jolie". Drama. Francia. 2013. 95 minutos. Mayores de 14 años.

"Ida"

Esto es Polonia en los años 60, la influencia soviética es ley y la joven novicia Ida (Agata Trzebuchowska) tiene dudas de su conversión en monja. Filmada con un impecable blanco y negro, el cineasta polaco Pawel Pawlikowski, residente inglés que suma a su interesante cuerpo de trabajo ("Mi verano de amor", "La mujer del quinto") esta historia de orígenes y revisión histórica, examina prolijamente el viaje de Ida por Polonia y por su propio pasado. Una vez fuera del convento, y acompañada de su única tía, Wanda (Agata Kulesza), una jueza alcoholizada y liberal, inicia así un periplo al lugar donde reside su real identidad: es en verdad una mujer judía y sus padres reales fueron víctimas del horror nazi en la Segunda Guerra Mundial. Con un preciosismo visual pocas veces visto en el cine de este siglo, Pawel Pawlikowski concreta una película atemporal y única y que sigue a estas dos mujeres, distintas, pero unidas por ese pasado tétrico y que el blanco y negro plasma de manera inmejorable. Si en "Mi verano de amor", filmada en la campiña inglesa de los 60 bajo una paleta viva de colores, y con dos chicas adolescentes unidas por una atracción prohibida, Pawel Pawlikowski filma en "Ida" un invierno anclado en un odio ancestral e irracional. Una pieza de arte mayúscula, nominada al Oscar a Mejor Película Extranjera, que registra las cenizas aún vivas de un horror.

"Ida". 2014. Polonia. 82 minutos. T.E.

"50 sombras de Grey"

Si solo analizamos el propósito de esta película, que es reproducir los efectos hormonales del sexualizado best seller en que se basa, ni aún así, con esas reglas comerciales, podríamos decir que se trata de un éxito. Todo lo contrario. Gélidamente esta película va desglosando la supuestamente "intensa" relación entre una virgen universitaria y un millonario amante del sadomasoquismo. Por momentos, los diálogos sin emoción de ambos actores (Dakota Johnson y Jamie Dornan) hacen pensar que esto es una parodia sin ser una, pero luego de presenciar más escenas (en las cuales el reloj parece avanzar al revés) queda claro que sí lo es. A años luz de símiles del género como "9 semanas y media" o las insolencias de "Bajos instintos", este es un producto que quiere lucrar con el fenómeno de "porno sutil para mujeres maduras (MILFS)" pero a base de un repertorio artístico ausente y dejando en claro su leit motiv: un espíritu ultra conservador que busca rescatar a un pecador. Es como ver un capítulo de "Infieles", pero con altísimo presupuesto y en inglés. Nada más y nada menos.

"Fifty Shades of Grey". Drama. 2015. 125 minutos. Mayores de 18 años.

"Whiplash"

Una simple lección de batería el joven director Damien Chazelle la transforma en una lección de cine. "Whiplash" es una película estrictamente sensorial, que funciona en el plano de lo que escuchamos y apasiona al protagonista, un estudiante de música (Miles Teller). Y eso es el jazz y el aprendizaje de la batería. El montaje, que juega con los primeros planos y la pulsión de la siempre presente música encadenada con las imágenes, tiene la estructura de una película de terror, deformación de Chazelle que escribió "El último exorcismo parte 2". El sociópata profesor Fletcher (J.K. Simmons) ejerce un injustificado bullyingcontra el joven aprendiz, un motor de la acción que deja heridas, traumas y, lo más interesante, sorpresivos giros en el camino que se saltan cualquier bache que la haga predecible. "Whiplash" es una tremenda película, redonda y que funciona con lo mínimo: pocos escenarios, pocos personajes, por no decir solo dos, y deja que la escalada de terror sicológico y violencia verbal llegue a terrenos nuevos, de humor negro y lúcido. J.K. Simmons como el villano y la gran fuerza a derrotar es simplemente deslumbrante, porque su personificación es brutal, intensa y manipuladora. Gran película.

Drama. Estados Unidos. 107 minutos. T.E.+7.