El Mercurio.com - Blogs : Acontecer mundial
Cartas
Miércoles 28 de enero de 2015
Acontecer mundial
Señor Director:
Cada día es más numerosa la gente que se lamenta de que el mundo está muy revuelto, que los políticos son locos, que todas las noticias son malas, etc. La tercera guerra mundial, dice el Papa Francisco, ya estalló, pero se lleva a cabo en etapas. El informe del Pentágono sostiene que en las próximas décadas no habrá un mundo en armonía, sino perpetuo conflicto, pues cuatro grandes potencias competirán por el gobierno mundial, y el armamento será potencialmente más destructivo. La ONU contabiliza, por su parte, tres mil millones de humanos que viven en la extrema pobreza y mil millones que padecen hambre crónica sin tener ni siquiera acceso al agua.
Hace dos mil años Jesús anunció una calamidad capaz de acabar con la nación, mediante su célebre fórmula: "No quedará piedra sobre piedra". Y lo tan temido ocurrió sesenta años después. "Cuando veáis esta ciudad rodeada por un ejército, dijo, sabed que el día de su desolación ha llegado". "El que esté en la azotea no descienda para tomar nada de su casa; el que esté en el campo no vuelva atrás para tomar su capa". A los que se hallen fuera de la ciudad les aconseja no entrar en ella, y huir todos a las montañas.
Palabras antiguas que se vuelven sorprendentemente actuales. No es que las legiones romanas vendrán algún día, la verdad es que ya están aquí, y estamos todos rodeados por un ejército. Los gastos militares de las potencias y superpotencias son los más altos de su presupuesto total. A Estados Unidos no le basta con tener cinco portaaviones para introducirse exitosamente en cualquier frente, está fabricando otros cinco. Todos, en silencio, se preparan para una guerra, mientras la sufrida humanidad en la angustia de la espera se pregunta cuál será la próxima locura con que saldrán los poderosos.
En los tiempos que se viven, huir a las montañas significa elevarse por sobre la atmósfera malsana en que el orden global nos alienó la mente. No entrar en la ciudad ni volver a casa a buscar algo significa hoy desprenderse de todo lo que la lógica de los negocios, hoy vigente, nos hizo creer que era indispensable para nuestra vida.
Si la cristiandad logra entender eso, todavía hay posibilidades de salvarse de esta locura.
Gastón Soublette