Señor Director:
En carta publicada el viernes pasado, la investigadora Loreto Fontaine escribió la columna
"Ocultamiento de resultados del Simce", donde hace referencia e infiere conclusiones a partir de indicaciones que se han desarrollado en la reciente discusión legislativa sobre el presupuesto en educación.
El rol de un sistema educacional es que todas las escuelas avancen en calidad; es decir, que tengamos buenas escuelas para cada uno de nuestros niños, niñas y jóvenes. Para esto, como Agencia de Calidad estamos haciendo grandes esfuerzos por ampliar la mirada de Calidad. Un ejemplo de ello, es que este año por primera vez les reportaremos a todos los colegios de Chile los Otros Indicadores de Calidad, entregando información útil sobre la convivencia escolar, autoestima académica y formación ciudadana, en cada escuela.
Coincidimos en la importancia que tienen las evaluaciones para asegurar que todas las escuelas del país cubran el currículo, pero esto no puede ser a costa de una presión excesiva a los establecimientos y sus profesores. Debemos lograr un equilibrio entre la importante función que cumplen las evaluaciones para entregar información a las escuelas y al sistema educativo en general, y los apoyos que se entreguen desde la política pública a quienes más lo necesiten. Nosotros tenemos el convencimiento de que los colegios no tienen un bajo desempeño porque quieren, sino porque no han recibido los apoyos adecuados.
En ese sentido, creemos firmemente que las evaluaciones deben estar al servicio de los aprendizajes y mejoramiento de cada establecimiento educativo, y no ser solo una herramienta para compararse con el del lado.
Entre las funciones que se le asignaron a esta institución está la de "informar" y nosotros cumplimos con esta misión. Prueba de ello es que en nuestra página web cualquier padre o apoderado puede conocer la información del colegio de su hijo o hija o el de cualquier otro que le interese a la familia. Otra cosa es que como Agencia promovamos el buen uso de los resultados y aboguemos por terminar con las comparaciones injustas y la elaboración de rankings que en nada ayudan a mejorar la calidad de las escuelas y solo estigmatizan a aquellas que trabajan en contextos sociales complejos.
Carlos HenríquezSecretario Ejecutivo
Agencia de Calidad de la Educación