Hay un viejo chiste que habla de un hombre que llega inesperadamente a su hogar cuando su mujer estaba con otro. "¿Quién es usted?", preguntó el dueño de casa al sujeto, que había logrado meterse rápidamente en el clóset. "Soy el técnico que contrataron para fumigar las polillas de los armarios", respondió, tembloroso, el extraño. "¿Y por qué está así, sin ropa?", retrucó el marido, ante lo que el tipo bajó la vista para mirarse y exclamó: "¡Malditas polillas!".
Me acordé esta semana de ese cuento que escuché en mi infancia cuando vi la performance de la Democracia Cristiana en la votación de la reforma que elimina el lucro, la selección y el copago en el sistema educacional. Pese a que varios representantes de ese partido se habían comprometido a defender los intereses de los sostenedores que se veían amenazados por la reforma así como los de las agrupaciones de padres y apoderados que querían seguir aportando a la educación de sus hijos, los senadores DC terminaron aprobando el proyecto, en la modalidad que preferían los sectores más de izquierda de la Nueva Mayoría.
¿Por qué la DC no estuvo dispuesta a jugar el rol de centro, de moderador, incluso de árbitro que históricamente jugó?
Ensayo algunas teorías:
1.- Timidez. La DC ha ido perdiendo con el tiempo el aplomo, ese vozarrón que exhibió con orgullo en los 90 y que la convirtió en la fuerza política más poderosa e influyente del país. Hoy, menguada en las urnas, en el Congreso y en el Gobierno, ya no tiene fuerza para dar ninguna pelea. Y por eso calla y acata.
2.- Bullying . Dado lo anterior, la DC está siendo sometida al matonaje de sus socios de coalición. Como la ven débil y tímida, abusan, y como siempre le tuvieron sangre en el ojo, por su rol en la UP, por ir a misa, por veranear en Cachagua, se dan el gusto de maltratarla sin piedad. Eso tendría a la DC recluida en un rincón, calladita, tratando de pasar inadvertida para que no le hagan más bullying . Y por eso calla y acata.
3.- Ingenuidad. No es descartable que algunos miembros de la DC supongan que no hay mal que dure cien años y que, en algún momento, la suerte les volverá a sonreír. Es decir, que volverán a ser los líderes de la coalición de centroizquierda que alguna vez se llamó Concertación y que hoy se denomina Nueva Mayoría. Así, algunos de los líderes democratacristianos se imaginan a sí mismos como el candidato presidencial del bloque y llegando a La Moneda. "Si nos portamos bien y les apoyamos todas sus reformas, nos van a devolver la mano y reconocerán que la próxima vez nos toca a nosotros, porque de que nos toca... nos toca", piensan en medio de sus ensoñaciones. Y por eso callan y acatan. Pero no saben que no les va a tocar nunca más.
4.- Termitas. La posibilidad más aterradora es que, como al personaje del chiste, a la DC la hayan atacado súbitamente no las polillas sino las termitas. Porque desde el exterior da la impresión de que la DC sigue siendo la DC, pero quizás sea solo la carcasa, la cáscara, la fachada y que por dentro no quede nada de la antigua DC. ¿O cómo se explica que Mariana Aylwin, la hija del máximo símbolo vivo de la Democracia Cristiana, esté ahora mismo luchando para evitar que la expulsen de la DC por defender puntos de vista que cualquier DC genuino debiera compartir? ¿Cómo se explica que los senadores DC hayan votado a favor de una reforma educacional que les causará daño a los colegios religiosos? ¿Cómo se explica que la DC haya acogido la agenda valórica que impuso el bloque PS-PPD-PC? ¿No será que ya no quedan democratacristianos en la Democracia Cristiana? ¿Será que se los comieron las termitas, unas termitas chaqueta roja que devoraron a las chaqueta amarilla?
No sé cuál de las cuatro teorías es la correcta. Quizás la verdad se construya con una mezcla de las 4. También es posible que estén las cuatro equivocadas. Como sea, uno puede entender a las personas que extrañan esa época en que en Chile existía un partido que se hacía llamar Demócrata Cristiano. Y que dicen, como en el chiste: "¡Malditas termitas!".