Señor Director:

Chile es un país en vías de desarrollo que tiene buen rendimiento económico y un gobierno democrático estable, pero cuya visión del derecho a morir con dignidad es contradictoria. En Chile no es posible la eutanasia activa y el suicidio asistido es penado. La ley 20.584, coloquialmente denominada derechos de los pacientes, solo permite cuidados paliativos durante el proceso de una enfermedad terminal, y el paciente puede rechazar un tratamiento médico solo si esto no acelera su proceso natural de muerte. La contradicción está en que en nuestro sistema de salud público podemos observar que los pacientes terminales son dados de alta, aun cuando la falta de infraestructura hospitalaria eventualmente pueda acelerar su proceso de muerte, todo esto debido a que los recursos son limitados. Mientras tanto, en el sistema privado de salud, la ley debe ser obedecida, de modo que un paciente solo puede ser dado de alta si tal acción no acelera su proceso natural de muerte. En conclusión, en Chile existen dos formas de morir. ¿Cómo podríamos resolver esta contradicción? Las desigualdades existen en todo el mundo, especialmente en los países subdesarrollados y en vías de desarrollo. Pensamos que si trabajamos por alcanzar mayor equidad, podremos otorgar una legislación más legitimada para todos los ciudadanos para los cuales fue destinada.

María Isabel Cornejo Plaza
Doctoranda Facultad de Derecho, U. de Chile Profesora de Bioética y Derecho, UDP