F. Fuentes y P. Gutiérrez

Veredas rodantes para desplazarse dentro del complejo, automatización del sistema de chequeo de vuelos, entrega del equipaje realizado por los propios pasajeros y un sistema de espigones adaptables que permitirán contrarrestar alzas de demanda en fechas clave.

Esas son algunas de las novedades que los usuarios apreciarán en el nuevo aeropuerto de Santiago a partir de 2018, cuando se realice la puesta en servicio definitiva del recinto. Características que, sumadas a un aumento de 200 mil m2 de superficie y nuevos sitios de atención para Policía Internacional, Aduanas y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), permitirán a la nueva terminal reducir a la mitad los tiempos de espera y tramitación que actualmente toma abordar un avión o salir del aeropuerto tras arribar a Santiago.

El proceso de licitación del nuevo recinto vivirá un hito clave el martes, cuando se realice la apertura de ofertas técnicas que presentarán los 14 consorcios internacionales que buscan adjudicarse la construcción y operación por los próximos 20 años, hasta 2038. Se trata del contrato de concesión más importante que gestiona hoy el Ministerio de Obras Públicas (MOP).

Pese a que los tiempos de chequeo presentan fuertes variaciones según el trayecto, tipo de viaje, compañía y horario del día en que se produce la operación aérea, estimaciones extraoficiales de los consorcios interesados indican que en un vuelo nacional -descontando los tiempos de espera para abordar o luego del aterrizaje- un pasajero puede tardar entre 30 y 40 minutos solo en los trámites de rigor.

Los mismos cálculos, efectuados por los consorcios interesados, que han estudiado las bases del contrato de licitación en los últimos seis meses, indican que para los vuelos internacionales la demora en los trámites (también eximiendo los lapsos de espera para abordar o descender del avión) fluctúan entre 40 y 50 minutos.

Según confirmó la Coordinación de Concesiones del MOP, estos tiempos de espera podrían verse disminuidos en al menos un 50%. Ello, sin embargo, se irá cumpliendo progresivamente desde septiembre de 2017, cuando estén listas las obras de la primera etapa.

"La licitación del aeropuerto de Santiago es tremendamente significativa e importante en el momento que vive Chile, desde varias dimensiones. Primero, en el estándar del aeropuerto, para que tengamos uno de categoría mundial; por la magnitud de inversiones, y porque se hace a través de concesiones", comentó el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga.

En concreto, la nueva terminal aportará una reducción del tiempo que los usuarios pasan en el recinto en forma global, ya que incidirá directamente en aspectos como la coordinación de arribos y salidas, automatización del proceso de chequeo, carga de equipaje, revisión de maletas, supervisión fitosanitaria, movilidad interna, acceso y transporte.

En el plano de los servicios directos al pasajero, el aeropuerto contará con un sistema de espigones flexibles (capaces de adaptar la terminal según el nivel de demanda que vayan presentando los vuelos nacionales e internacionales) mas 70 módulos de autochequeo interactivos y con plataforma más amigable para el usuario, lo que les permitirá realizar en forma autónoma sus papeleos de inmigración y confirmación de asientos.

También estará disponible el sistema bag-tag o de autoimpresión de las etiquetas de identificación de maletas, las que luego serán depositadas por el mismo pasajero en las cintas transportadoras de equipajes.

Otro elemento que aportará en la reducción de tiempo es el nuevo sistema de control automatizado de operaciones e información al usuario. Con ello, tanto pasajeros como operadores podrán acceder a la información oficial de arribos y despegues en forma casi instantánea. En coordinación con aquel operará el sistema de asignación de puertas y control de flujos, así como la señalética y letreros de información variable.

Las cifras

30 millones de pasajeros atenderá la nueva concesión. Hoy, la capacidad es de 17 millones.

175 mil m2 de superficie tendrá la terminal internacional.

7.800 estacionamientos habrá en el aeropuerto; hoy son 3.700.

35% de ahorro de energía respecto al recinto actual deberá producir el nuevo edificio.

El 1 de octubre de 2015 es la fecha de cambio de operador.