En el cine, aunque posiblemente no solo en el cine, fue un año raro. Tuvimos películas de grandes rockstars del cine, pero las cintas descollantes fueron muy pocas. Sin embargo, se juntó material que, por una razón u otra, sorprendió nuestras expectativas. Mi película favorita del 2014 no la vi en el cine, pero pronto se estrenará en Chile, de manera que no peco de pretencioso si la pongo primera en mi lista de lo mejor del año. Es "Boyhood", de Richard Linklater, una cinta que se filmó durante 12 veranos seguidos, para ver cómo crecía su protagonista, un hijo de padres separados en Texas. Porque la cinta merece comentarse en propiedad y con espacio, solo diré que es como acercarse a eso que los álbumes de fotos familiares no revelan: que las fotos felices se toman entre partes difíciles o más tristes, de las que no hablamos mucho pero que son parte fundamental de lo que somos. Debiera llegar en febrero, si se cumple el calendario previsto.
De las estrenadas en el cine este año, mi lista de favoritas es como sigue, aunque no necesariamente en este orden:
"El hombre más buscado", de Anton Corbijn. Una película pasada a desencanto, cigarros y a Philip Seymour Hoffman. A Graham Greene posiblemente le hubiera encantado.
"Escándalo americano", de David O. Russell. Como si no fuera fácil contar una historia de amor entre dos cínicos, esta es juguetona, tensa y con la mejor banda sonora del año.
"El lobo de Wall Street", de Martin Scorsese. Sin ser el mejor Scorsese, es una cinta llena de sexo, drogas y dinero; desquiciada, divertida y agotadora. Quizás ronda en torno a la idea de que lo peor del ser humano es también parte del ser humano.
"Balada del hombre común", de Ethan y Joel Coen. Una triste historia de cómo ni el talento ni la persistencia te aseguran el éxito.
"La vida de Adele", de Abdellatif Kechiche. La prueba de que todavía se puede contar una educación sentimental y de que el cine francés aún tiene oxígeno entre sus pliegues.
"La ley del más fuerte", de Scott Cooper. Una feroz historia de venganza en un Estados Unidos que la depresión parecía llevar a las cuerdas. No era agradable de ver y por eso, quizá, pasó desapercibida.
"La grande bellezza", de Paolo Sorrentino. Mucho, demasiado se dijo de esta película. Quizás lo más cierto es que se trata de un personaje acechado por la muerte, acecho filmado, eso sí, a la romana.
"El misterio de la felicidad", de Daniel Burman. ¿Todas las historias de amor llegan a su fin? Santiago se niega a creerlo mientras trata de dar con el paradero de su amigo y socio de toda la vida. Es menos impresionante, incluso quizá menos astuta que "Relatos salvajes", pero llega más lejos en sus observaciones y sus emociones terminan por ser más perdurables.
"La increíble vida de Walter Mitty", de Ben Stiller. Aunque está hecha con el pop más fácil, esta cinta transpira libertad. No solo porque su tema es la aventura, sino porque está filmada sin temor al ridículo ni a equivocarse.
"El filo del mañana", de Doug Liman. Ciencia ficción en su mejor forma. El "Día de la marmota" en medio de una invasión extraterrestre.
"Jersey Boys", de Clint Eastwood. Bajo la apariencia de una biografía convencional, Eastwood vuelve a uno de sus temas favoritos, lo que el arte entrega y lo que el arte cobra a cambio. Más que un musical, es un duro calvario.
"Primicia mortal", de Dan Gilroy. Cinta recién estrenada, brillantemente escrita por su director. Como bien se ha dicho, es fascinante en contar cómo un psicópata puede encontrar su lugar en el mundo cuando la sociedad está tan enferma como él.
Mi chilena favorita fue
"Matar a un hombre", de Alejandro Fernández, un cineasta que no le teme al plano abierto ni continuo, un hecho que, por sí solo, lo coloca entre los directores interesantes que hoy tiene Chile.
Entre las películas que no se estrenaron en el cine, seré aún más arbitrario, ya que estuve lejísimo de verlas todas. Dicho eso, disfruté mucho "Nebraska", de Alexander Payne; "Joe", de David Gordon Greene; "Happy Christmas", del prolífico Joe Swanberg; "Under the skin", del británico Jonathan Glazer; "Clouds of Sils Maria", del gran Olivier Assayas, y "La princesa de Francia", del argentino Matías Piñeiro. Cualquiera de estas películas también califica entre lo mejor del año.