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Editorial
Sábado 27 de diciembre de 2014
Dispar suerte de dos potencias
"Durante el año 2014, Estados Unidos y Rusia tuvieron distinta suerte. Si bien ambas naciones fueron golpeadas por la última crisis mundial, la economía estadounidense ha logrado una fuerte recuperación, mientras que la rusa se estanca y enfrenta un oscuro panorama..."
La crisis rusa
Se estima que el crecimiento de la economía rusa en el año que termina será solo de 0,4%, manteniendo su producto per cápita en torno a US$ 14.500. Los efectos de la caída en el precio del petróleo -Rusia es el segundo exportador mundial, después de Arabia Saudita- han mermado importantemente sus ingresos. Para 2015 se anticipa que la economía se contraerá fuertemente. Según estimaciones, si el precio del petróleo se mantiene en US$ 60 el barril, su economía podría retroceder cerca de 5%. Esto ha significado un debilitamiento del rublo, cuyo valor ha caído en 45% en lo que va del año. Las medidas para frenar la depreciación no se hicieron esperar. El Banco Central de Rusia aumentó la tasa de interés desde 6,5 a 17% el 16 de diciembre, el mayor incremento en 16 años. Eso tuvo algún efecto, pero no se espera que por mucho tiempo.
Una moneda débil e intereses altos son la receta perfecta para asfixiar a empresas y personas. El riesgo de una corrida contra el rublo está latente. En las últimas semanas la población ha salido a comprar electrodomésticos y artículos electrónicos, que pierden menor valor que la moneda. El jueves 18 de diciembre, luego que el lunes y el martes el rublo perdiera 10% de su valor, la popular tienda Ikea debió suspender sus ventas en los departamentos de cocina y electrodomésticos, por la gran cantidad de órdenes realizadas por las familias rusas.
Pero el problema de la economía rusa no es solo el desplome del petróleo, pues también se sienten los efectos de las sanciones por EE.UU. y la Unión Europea tras la anexión de Crimea y la intervención rusa en Ucrania, que han significado importantes pérdidas para la administración de Putin. Por cierto, tal situación está complicando a toda Europa: Rusia es un motor relevante de la economía del Viejo Continente; Alemania tiene relaciones comerciales con Rusia por cerca de 30.000 millones de euros, y la devaluación del rublo significa una importante caída de recursos para las empresas alemanas y de cualquier país que reciba pagos en moneda rusa. Así, las sanciones están teniendo un fuerte impacto sobre la economía europea, probablemente mucho más de lo esperado.
La Unión Económica Euroasiática anunciada esta semana por Putin es una ambiciosa apuesta por reposicionar a su golpeada economía. Formada además por las ex repúblicas soviéticas de Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán, el conglomerado busca reunificar económicamente a las naciones separadas tras el fin de la URSS, siendo una competencia directa de la Unión Europea. La estrategia incluye la firma de tratados de libre comercio con África y Asia, acuerdos comerciales con el Mercosur y aun un plan de liberalización gradual que en el mediano y largo plazo incluiría al sector energético.
El éxito de esta apuesta dependerá de la confianza que se genere entre los socios. Bielorrusia y Kazajistán han mostrado molestia ante las acciones de intervención de Rusia en Ucrania, y la desconfianza que despierta no ayuda a sus pretensiones de reposicionamiento.
El crecimiento de Estados Unidos
La economía estadounidense cerrará 2014 con un importante dinamismo. El crecimiento de 5% (anual) entre julio y septiembre es el mayor desde 2003, y supera el crecimiento de 4,6% para el trimestre inmediatamente anterior, dejando en el olvido la caída de 2,1% en el primer trimestre de 2014. Los augurios para los meses finales de este año también son positivos. Las cifras más recientes indican un aumento de 0,4% en el ingreso de las personas, de 0,6% en el gasto de los hogares y de 0,8% en consumo para noviembre. Con todo, se estima que la economía cerrará el 2014 con un crecimiento cercano al 2,5%, que se espera alcance a 3% en 2015, elevando su producto per cápita por sobre 54.000 dólares.
Los pilares del mayor crecimiento estadounidense han sido el consumo de las personas -que genera casi dos tercios del producto del país-, la inversión de empresas en equipos y tecnología, el fortalecimiento de las exportaciones, un mayor gasto militar en los meses de verano del hemisferio norte y, por cierto, el menor valor del petróleo. Eso ha estimulado la confianza de hogares y mercados. Esta semana el Dow Jones, el principal indicador de la bolsa de Nueva York, superó por primera vez los 18 mil puntos.
La positiva situación ha llevado a especular respecto de cambios en la política monetaria de la Reserva Federal. Si bien algunos mercados, como el inmobiliario, aún no muestran un repunte robusto, se cree que las mejores proyecciones de crecimiento pueden llevar a la autoridad a anticipar el aumento de las tasas de interés, pese a que la inflación se mantiene bajo el objetivo de 2%.
Las autoridades en Chile deben mantenerse atentas. La situación de EE.UU. ofrece una oportunidad: su mayor crecimiento y la fortaleza de su moneda pueden contribuir fuertemente a nuestro sector exportador, que históricamente ha sido un importante motor de la economía. Ad portas de una nueva reforma, ahora la laboral, nuestro país debe aprovechar las oportunidades. Debemos ser más competitivos; no menos.