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Editorial
Sábado 27 de diciembre de 2014
Atención de salud en centros privados
"Sería de interés comparar qué ocurriría con los costos de la salud a medida que aumentan las atenciones bien delimitadas por diagnóstico que se compran en el sector privado. No cabría extrañarse de que la atención completa de la población saliera más barata..."
Ha seguido aumentando el uso de las instalaciones privadas para atender los problemas de salud de la población. Según se ha informado, un tercio de los partos de personas afiliadas a Fonasa ha tenido lugar en clínicas privadas y le ha costado al Estado 46 mil millones de pesos durante el año 2013. La cifra es superior en cinco veces a lo que el mismo Fonasa gasta en la compra de camas críticas a los establecimientos privados durante la temporada de invierno, cuando sus propios recursos no le alcanzan para darles atención a todos sus beneficiarios. No obstante -pese al discurso de sectores oficialistas condenando la existencia de lucro con dineros fiscales-, es posible que con estos arreglos el sistema público de salud esté ahorrando dinero, puesto que atender esos 65 mil partos en sus hospitales le saldría bastante más caro.
Las compras del sector público al sector privado son muy convenientes para ambos, puesto que evitan que se sobredimensionen los hospitales, y si las compras se hacen conviniendo el pago por problema resuelto, están todos los incentivos bien puestos para que se logre el máximo resultado sanitario con el mínimo de dinero. Hasta ahora, en los períodos de invierno se licitan las camas y se cobra por día y por prestación otorgada. El sistema de pago por grupos relacionados de diagnóstico, en cambio, permite pagar por la solución de un problema; por ejemplo, la atención de un parto. Si el parto resulta más complicado, por las razones que sea, la clínica privada puede perder dinero en ese caso, pero en promedio las cifras le resultan atractivas si se trata de un número aceptable de casos.
Por cierto que tal sistema encierra otras dificultades, puesto que las clínicas están realizando funciones de asegurador, lo que siempre ha sido condenado por sectores políticos que se oponen por razones ideológicas. Pero en la forma en que se establecen los pagos no hay riesgo de que sobreactúen, realizando prestaciones excesivas, de bajo rendimiento, solo por el afán de cobrar. Así, el Fonasa como asegurador público les brinda a sus afiliados un mejor servicio, puesto que para la inmensa mayoría es más deseable dar a luz en una clínica privada. El precio queda establecido de antemano y cada persona sabe exactamente lo que tendrá que afrontar como copago, independientemente de sus eventuales complicaciones.
Los médicos con este esquema probablemente reciban menos pago, pero se aseguran una buena cantidad de pacientes, con lo cual sus ingresos posiblemente no sufran deterioro. Sería de interés comparar qué ocurriría con los costos de la salud a medida que aumentan las atenciones bien delimitadas por diagnóstico que se compran en el sector privado. No cabría extrañarse de que la atención completa de la población saliera más barata por esta vía que mantener la red pública de hospitales.