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Editorial
Jueves 25 de diciembre de 2014
Valor formativo de los premios escolares
"La autoestima del hijo puede verse afectada por la actitud de los padres ante los resultados del escolar. Enseñar a tolerar la frustración y a reconocer las propias debilidades es uno de los objetivos centrales del proceso educativo...2
Las celebraciones escolares de fin de año pueden ser motivo de gran alegría para muchos estudiantes y sus familias, debido al reconocimiento público que se hace de sus logros, pero también de gran frustración para aquellos que no alcanzan a acceder a una distinción. Es lo que suele ocurrir en la entrega de premios que realizan los colegios como una forma de motivar el esfuerzo y distinguir a aquellos alumnos sobresalientes no solo en sus habilidades cognitivas, sino también en la práctica de valores y virtudes que cada establecimiento considera importante relevar en su formación.
En efecto, cada colegio tiene una política diferente al respecto, de acuerdo con su proyecto educativo, y es positivo que así sea en la medida en que ella se conozca por la comunidad escolar. Ciertos establecimientos dan mayor importancia a la excelencia académica y, por lo tanto, los alumnos compiten por su buen rendimiento; otros valoran más la diversidad de talentos y las habilidades no cognitivas. Hay también escuelas donde se privilegia el desarrollo de virtudes vinculadas al espíritu solidario, al compañerismo y la acción social.
Pareciera, sin embargo, que la entrega masiva de premios puede generar el efecto contrario, cual es restar valor a la distinción al masificarse y, al mismo tiempo, perjudicar a aquellos escasos alumnos que no obtienen un reconocimiento. Todo indica que el premio debiera otorgarse en condiciones de excepcionalidad, para resaltar habilidades y talentos, conjugando aptitudes académicas con aquellas referidas a ciertos valores humanos, de manera de hacer sobresalir también a aquellos estudiantes que, sin obtener las mejores calificaciones, ejerzan un liderazgo positivo, pese a que -en algunas ocasiones- estos rasgos coincidan en la misma persona.
Así como parece importante que el colegio haga de la entrega de los premios de fin año un acto explícito y transparente de formación educativa, de manera que sea una oportunidad de aprendizaje referida a la relevancia de ciertas actitudes y logros, también lo es la respuesta de los padres, pues de ellos dependerá que el niño acepte con proporcionalidad el éxito del premio o la frustración de no ser distinguido. La autoestima del hijo puede verse afectada por la actitud de los padres ante los resultados del escolar. Enseñar a tolerar la frustración y a reconocer las propias debilidades es uno de los objetivos centrales del proceso educativo, como lo es también la motivación por el esfuerzo, la disciplina, la superación personal y el agradecimiento humilde al momento de la distinción. Es el sentido que tanto los padres como los profesores están llamados a otorgar a estas celebraciones escolares.