Leslie Ayala Castro

Por liderar una de las fiscalías más grandes e importantes del país -se tramitan causas complejas y que en algunas ocasiones han tocado a la clase política-, Andrés Montes Cruz era un "candidato natural" a suceder al fiscal nacional, Sabas Chahuán, quien termina su período en diciembre del próximo año.

Pese a que faltan varios meses para que se abra este concurso público, el proceso concita atención, ya que se define al encargado de encabezar la institución persecutora.

Montes, en su calidad de fiscal regional metropolitano Centro Norte, sonaba fuerte como candidato. Sin embargo, para descomprimir el clima respecto de que ya hay una carrera desatada por ese cupo, decidió aclarar cuáles son sus aspiraciones.

"Luego de haberlo pensado, he tomado la decisión de no postular al cargo de fiscal nacional. Estoy en la mitad de mi período, me quedan todavía cuatro años y creo que es relevante terminar la tarea que empecé y los desafíos que hay en mi fiscalía. Mis motivaciones e intereses están acá, en seguir dirigiendo investigaciones y tengo importantes desafíos que cumplir en mi fiscalía", aseguró Montes.

-¿Influyeron eventuales críticas o una incompatibilidad entre el cargo y que su padre sea senador (Carlos Montes)?

"No, no influyó. No fue un factor relevante, porque existen los mecanismos en nuestra legislación para enfrentar ese tipo de situaciones".

-¿Le gustaría que el próximo fiscal nacional sea alguno de sus colegas o preferiría una persona externa?

"No me corresponde pronunciarme. Hay un procedimiento para esa elección, en que participa la Corte Suprema, la Presidenta y el Senado. Lo que sí creo que es importante que exista continuidad, en orden a tomar las cosas buenas que hemos establecido como institución durante estos 15 años y que se potencien en el próximo período".

-¿Preferiría alguien de la fiscalía, entonces?

"No tengo preferencia y tampoco me corresponde tenerla. Es importante conocer el trabajo interno, pero también es relevante que esto esté abierto y quien quiera participar lo haga".

-¿A su juicio, qué desafíos tiene el próximo fiscal nacional?

"Urge mejorar la forma de coordinación con las policías. Soy partidario de que los fiscales y las policías tengan metas comunes, ya que es fundamental para que el sistema funcione".

-¿Se ha fallado en eso?

"Muchas veces no hemos superado el paradigma del caso policialmente resuelto versus el caso judicialmente resuelto, y ahí estamos al debe. Lo que tenemos que entender es que el caso se resuelve de una sola forma. La investigación tiene que recopilar pruebas, determinar si hubo delito y señalar quién fue el responsable. Sin eso, no tenemos caso y eso es igual para las policías y el Ministerio Público".

Seguridad pública

-¿Cómo cree que se aborda el tema de la seguridad pública en el país?

"Creo que estamos en una situación en que hay que revisar cómo están funcionando las instituciones. Tenemos defectos legislativos, como un Código Penal del siglo XIX, y tenemos políticas públicas que no han funcionado en algunos temas".

-¿Como cuáles?

"Un ejemplo es el ámbito de responsabilidad penal adolescente. Si la idea de la ley era buscar la resocialización y la responsabilización de los menores, no se ha cumplido. Hoy día, esa ley ha pasado a ser muchas veces un factor de consolidación de ciertas carreras delictuales. El Estado no se ha hecho cargo responsablemente de la situación de los menores que son infractores de la ley y eso es grave".

-¿Esa opinión surge a propósito de las investigaciones?

"De lo que uno analiza. Otra cosa que me preocupa es que es necesario revisar el tema de las drogas. Si el objetivo de la Ley 20.000 era evitar que aumentara el tráfico de drogas y controlar la venta de drogas, eso no se ha cumplido".

-¿En qué sentido?

"Estamos en una situación peor que la que teníamos hace 10 años, tenemos más puntos de venta en la Región Metropolitana y lo peor de todo es que el tráfico ha pasado a ser un factor decisivo a la hora de incrementar la violencia que existe especialmente en los sectores populares. Esto, porque normalmente el microtráfico está asociado a la existencia de pandillas, de balaceras, situaciones que muchas veces no son cubiertas adecuadamente por el sistema de justicia penal".

-¿Cuál es el problema?

"El problema de estas políticas públicas es que muchas veces se piensa que los problemas se solucionan con establecer delitos y que intervenga el sistema penal. Y en verdad, el sistema penal es parte de la solución, pero la solución debe ser integral. Hay muchos otros factores que inciden en la delincuencia y que no siempre son considerados adecuadamente a la hora de definir las políticas públicas y la legislación en materia de seguridad pública".

-¿Tiene alguna propuesta?

"Faltan programas sociales y estatales serios que se hagan cargo de la deserción escolar que normalmente va a ser el inicio de las carreras delictuales".

-No basta entonces con solo regular los delitos...

"Eso, y además de una vez por todas Chile debe dar un paso importante en orden a tener una política de Estado en materia de seguridad pública que trascienda los gobiernos y que sea permanente en el tiempo. Debe ser una definición desde el Estado para que sea continua de un gobierno a otro.

-¿Usted lo dice porque cada cuatro años lo invitan a inaugurar nuevos programas?

"Esa es una variable. En general, las autoridades siempre tratan de tomar lo mejor de las anteriores para mejorarlo. El tema es que muchas veces partimos de cero a la hora de implementar ciertos programas, políticas de trabajo en materia de delincuencia y lo que aquí debe existir una gran política de Estado que se haga cargo de los temas de seguridad pública y que vaya más allá de los esfuerzos discontinuos y parciales de cada uno de las autoridades y los gobiernos que van pasando".