Los integrantes del Tribunal de Disciplina han dejado en acuerdo el caso Barroso, el jugador de Colo Colo que, cuando su equipo se ubicaba dos puntos detrás del líder, no se trapicó para ensuciar el torneo con declaraciones en los que comprometía el honor de los árbitros y la honestidad de los dirigentes para comprar el campeonato.
El comité de "juristas" le otorgó al defensa argentino un tan debido proceso, que rebuscó las instancias para tramitar el fallo sin salirse del marco con el que se ayuda a obstruir la ley sin caer en falta alguna. La prolongación de la causa comenzó desde la añadidura de un artículo por el que sería imputado, sin avisarle a su defensor el día que haría los descargos, hasta la eternización de una sencilla redacción del fallo final, porque según Exequiel Segall, presidente del organismo, el plazo del escrito "es necesario y conveniente" dada la connotación pública del caso.
Como Colo Colo apelará sobre seguro a la sentencia, el castigo a Barroso se hará efectivo una vez que haya concluido el torneo que el propio jugador emporcó. Para los miembros del Tribunal de Disciplina, la justicia tarda, sin duda, pero llega. Aunque de oportuna no tenga nada, solo porque sus miembros, siempre en un contexto de respeto a las normas y los plazos, así lo quisieron en beneficio de los intereses de un club.
Cruzados S.A. destituyó a Julio César Falcioni como entrenador de Universidad Católica. El detonante fue que la derrota de Colo Colo dejó al club sin posibilidad de disputar la liguilla, como si clasificar borrara automáticamente la paupérrima campaña.
De nuevo, en ese afán de deconstruir lo mal obrado, los dirigentes de la UC dan un golpe de efecto innecesario (y extempóraneo) con el fin de empatizar con el sentir de los indignados hinchas que exigen acción, decisión y autoridad. Echan al entrenador a dos fechas del término del torneo, dándole la oportunidad para retirarse en silencio, sin que admita su completo fracaso ni haga un balance en el que defina alguna fortaleza o debilidad, por lo menos para justificar los 450 mil dólares de indemnización.
Los directivos argumentan que le rescinden a Falcioni para ganar tiempo en la estructuración del cuerpo técnico y equipo para 2015, plantel que por reglamento apenas puede agregar tres jugadores y a lo más perder otros tres que terminan contrato. Para concluir, Cruzados S.A. enfatiza que el gerente José María Buljubasich es "más parte de la solución que del problema", sin dar asomo del aporte que el ex arquero devenido en funcionario entregará, ni responder por el historial de desaciertos que contabiliza desde que asumió y por el que en una institución promedio ya se habría ido casi con escándalo.
Es cierto: siempre habrá gente más perspicaz, talentosa y hábil que el promedio de los comunes mortales. Pero cuando alguno quiere pasarse de listo sin necesariamente serlo, e insulta la normal inteligencia con artificios, estrategias distractoras y premisas espurias, la argucia pasa a convertirse en vulgaridad.