Señor Director:
Agradecemos
la carta "Selección y democracia" de los profesores A. Carrasco y A. Donoso y, por cierto, compartimos la idea de avanzar hacia una comunidad más plural e inclusiva. Como hemos señalado, ningún colegio debe poder manejar razones que atenten contra la dignidad humana en su admisión. Cualquier discriminación de este tipo debe ser prohibida y castigada.
Nuestro argumento es distinto. Ante la realidad del sistema educacional hay que preguntarse acerca de los efectos del fin de la selección sobre la diversidad de proyectos educacionales que aprueba el Mineduc, la educación pública, la inclusión y la calidad educacional. Por cierto, el tema es complejo.
Hay autores que, en la línea de Dewey, creen que la escuela debe reunir niños de orientaciones, religiones, modos de vida y orígenes heterogéneos y crear allí los consensos fundantes de la democracia (el ensayo de Arendt va en una dirección algo diferente). No habría entonces mucho lugar para una diversidad de proyectos educacionales: amenazarían la cohesión social. Ackerman, lógicamente, concluye que se debe prohibir toda educación particular. Las implicancias de esta visión las analizamos en "Selección, Diversidad y Libertad de Enseñanza" (p. 24 y siguientes, disponible en www.clapesuc.cl).
¿Debe imponerse a todos esta particular visión de la escuela? El caso de Holanda, donde la gran mayoría asiste a colegios particulares subvencionados y se permite la selección, muestra que no necesariamente la diversidad de proyectos educativos atenta contra la tolerancia y la formación democrática.
Cada niño o niña debe recibir temprano una educación de calidad que se ajuste a sus necesidades, intereses y capacidades. Que el término de la selección a todo nivel ayude a ello nos parece cuestionable. ¿Cuál será el impacto sobre la diversidad real de proyectos educativos? ¿Qué pasará con los niños con necesidades especiales? ¿Cómo afectará a los liceos técnico-profesionales?
Nuestra visión es compatible con políticas pro inclusión. Por eso proponemos fortalecer la SEP para alumnos vulnerables, al mismo tiempo que subsidiar su movilización para romper la segregación residencial. Del mismo modo, consideramos urgente asegurar una oferta educativa diversa y de calidad para alumnos con necesidades especiales, comúnmente excluidos.
La gran mayoría de los países permiten algún tipo de selección, dentro o entre colegios, en algún momento del proceso educativo. No es obvio que el término de la selección sea condición necesaria ni suficiente para generar inclusión o fortalecer la democracia.
Arturo FontaineU. Diego Portales y U. de Chile
Sergio UrzúaUniversidad de Maryland y Clapes-UC