Señor Director:

Semanas atrás, en España, la presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica Oriol, afirmaba que prefiere contratar "a una mujer de más de 45 o de menos de 25 años" para evitar "el problema" de que se quede embarazada. Esa es una realidad que no podemos obviar y que explica, en Chile, la baja participación de la mujer en el mercado laboral. Los empresarios no quieren contratar mujeres.

Por ello es que ha resultado tan positiva la respuesta desde todos los sectores al anuncio de la Presidenta Bachelet de eliminar el embarazo como preexistencia. Es un paso adelante, nada más. Pero aún así rechazado por parte del empresariado, quien, en un comunicado, ha señalado que "esperamos que la racionalidad de esta medida vaya acompañada por un reconocimiento de los mayores costos que implicará al sistema privado de salud" (Asociación de Isapres).

El "problema" de la mujer y el trabajo no se resuelve estableciendo más derechos laborales exclusivos. No es mirando al Estado que vamos a cambiar las cifras. Es mirando al lado: al padre. Young lo ha expresado con claridad: "No ha sido difícil para las feministas demostrar que la opresión de las mujeres consiste, en parte, en una transferencia, sistemática y no recíproca de poderes de las mujeres a los hombres". Baste reconocer que ellos pueden funcionar en el espacio público gracias a que ellas trabajan para ellos en la esfera privada. Todas las tareas domésticas -limpieza, cocina, cuidado de niños y ancianos- son realizadas casi exclusivamente por mujeres. Y ello significa, en términos económicos, que ellas transfieren a los hombres su fuerza de trabajo, de manera gratuita, liberándolos del costo en tiempo y dinero que suponen esas tareas.

Avanzar hacia la igualdad real fue parte de nuestra labor principal al trabajar en el proyecto de nueva Constitución que presentamos a la entonces candidata Bachelet. Todos debemos comprometernos a resguardar el principio de que "ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño", promoviendo "la realización efectiva de la igualdad de derechos y obligaciones entre mujeres y hombres dentro de la familia en relación con las tareas domésticas". El igual acceso de mujeres y hombres a cargos de elección popular y puestos de responsabilidad profesional y social será imposible si los hombres no se comprometen con el cambio. Mientras tanto, las tasas de natalidad (como ocurre en España) seguirán bajando: y no podemos culpar a las mujeres por eso.

Alejandra Zúñiga Fajuri
Miembro del equipo que elaboró la propuesta de reforma constitucional de Michelle Bachelet

Luis Villavicencio Miranda
Universidad de Valparaíso