En Preparativos para un viaje a Kiev, Camilo Marks reúne tres novelas, las dos primeras de carácter breve, y la última, "Variaciones Goldberg", más extensa y, sin duda, la más lograda de la trilogía.
En "Verano sin verano", una periodista, Pilar, editora de una revista, hace recuerdos de un verano pasado en el sur, en una pequeña isla del lago Ranco, en plena adolescencia. La rememoración se centra en la súbita desaparición de la empleada doméstica que los cuidaba -Helena- y de Marcelo, un joven por el cual la narradora sentía gran atracción y con quien bailó su primer baile, desaparición que se entendió como una fuga amorosa. El descubrimiento de vestigios óseos, décadas después, correspondientes al período del desaparecimiento, despierta en Pilar el deseo de investigar si esos vestigios pertenecen a Marcelo y Helena. La manera en que se traban las motivaciones y conductas personales de la protagonista con la dimensión política del relato -esta dimensión es recurrente en los tres escritos de Marks-, no obstante, no aparece muy clara o se precipita hacia el final, sin que resulte por entero convincente para el lector, como si hubiese faltado mayor desarrollo.
En "Preparativos para un viaje a Kiev", el protagonista es un crítico literario, separado de su mujer -Carola-, bastante misántropo, quien inopinadamente recibe una invitación para participar en un congreso literario en la capital de Ucrania, Kiev. Uno de los aciertos de este relato es la voz fluida y simpática del narrador, el propio escritor, un escéptico por completo desencantado de los escritores y el mundo literario, de extrema franqueza en sus opiniones. En verdad, como el nombre del relato anticipa, el viaje nunca se lleva a cabo y lo que la novela cuenta son las divagaciones alucinantes de este crítico que ya no cree en la crítica y la divertida rememoración de un viaje anterior a la ex Unión Soviética y el idilio que entonces sostuvo con una tal Natalia Studylina, belleza rusa que esta bizarra invitación evoca.
En "Variaciones Goldberg", Camilo Marks nos entrega un relato bien armado, compacto en su estructura y escrito con una buena prosa. La historia es compleja y gira en torno al terrible infortunio de Carlos Rioseco, un moderado y correcto abogado civilista, que luego del golpe de Estado de 1973 sufre la absurda desaparición de su familia, formada por su mujer -Margarita-, su hijo -Jaime- y su hija -Luisa-. Esta, una muchacha bella, inteligente y original (la niña de sus ojos), pololea con Julio o Pilo, con quien se involucra en un grupo de resistencia armada a la dictadura, situación que su padre y el resto de la familia ignoran. La desaparición se produce de un modo brusco e insondable. La novela sigue con un pausado ritmo el deterioro psicológico y humano que experimenta Carlos con posterioridad a los crímenes, el "autodesaparecimiento" que se impone, su aislamiento y desesperanza. Es una imagen narrativa muy poderosa -con la cual, por lo demás, empieza la novela- el refugio que el protagonista, ya completamente abatido, establece en una miserable plaza abandonada, la cual comparte con tres mendigos y con quienes adquiere un lazo de amistad no carente de nobleza en medio de la zozobra.
Camilo Marks indaga profundamente en las particularidades de las aflicciones que se generan por la desaparición del ser querido, desaparición que sumerge al sobreviviente, en este caso a Carlos, a un examen incesante de culpas irreversibles e insolubles. La novela sigue el esquema de un descenso al infierno, aunque Marks maneja la temporalidad interna del relato, de modo que se oscila desde el presente (en el que Carlos Rioseco se encuentra en la sima de la desesperación) al período anterior al mismo, su vida en Argentina, las vacaciones familiares en ese país, momentos felices y dolorosos porque punzan en el protagonista el dolor de la ausencia.
Marks en "Variaciones Goldberg" demuestra poseer una escritura sólida y con una poderosa capacidad de generar imágenes visuales a través de una prosa precisa, simple e imaginativa: "Al tiempo que ponía los billetes en la caja, él la observó. Llevaba el cabello enmarañado, tan estirado que podían verse las raíces del pelo, de manera que era posible, quizás, agarrar la piel desde allí y despellejar la cara. Su maquillaje era de color acaramelado, el lápiz labial le hacia juego y había algo grueso y duro en sus ojos, con las cejas depiladas, muy tenues y brillantes, tal como si estuviesen hechas de algún metal". El autor acierta en escoger un narrador en tercera persona, contenido y preciso en su lenguaje, que focalizado en la tragedia protagonista va desplegando de modo verosímil la madeja de su derrumbe, el pesado muro que ha caído sobre su espíritu, el alcoholismo, las tensiones que se agitan dentro de él, mezclas de resignación, rabia e inmensa tristeza.
Camilo Marks
Abogado, escritor y crítico literario. Es autor de las novelas La dictadura del proletariado , Altiva música de la tormenta , La sinfonía fantástica y Preparativos para un viaje a Kiev , así como de los ensayos La crítica: el género de los géneros , Canon. Cenizas y diamantes de la literatura chilena y Biografía del crimen , sobre el género policial. También ha realizado las antologías Grandes cuentos chilenos del siglo XX y Los mejores cuentos chilenos del siglo XXI .