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Cartas
Sábado 22 de noviembre de 2014
Homoparentalidad II
Señor Director:
Varios han comentado sobre la posibilidad y los cambios de la constitución de familia, desde la biparentalidad, la monoparentalidad, la posibilidad de que una persona sin pareja pueda adoptar, y las múltiples alternativas que ofrecen las relaciones familiares: homosexuales, bisexuales, transexuales, etcétera.
Si analizamos la psicología del desarrollo del ser humano, desde la construcción de su yo, su carácter, su personalidad, su psicosexualidad, es indiscutible, desde Piaget, Loevinger y sus ochos etapas, que todos sin excepción señalan que no existe mejor forma para el desarrollo del menor que la comparecencia de padre y madre en su relación de sana vinculación.
Que muchas de estas familias así constituidas sean conflictivas y disfuncionales no invalida la realidad de lo que es mejor para el desarrollo del niño. En el libro "No me quiero casar" hay un claro acápite mencionando que no toda pareja o individuo está en condiciones de asumir saludablemente la educación formativa-afectiva de un menor.
Al analizar investigaciones sobre el tema de la adopción a favor de los homosexuales, no presentan las características exigidas para una investigación científica. Algunos estudios son realizados por pediatras (no psicólogos del desarrollo) o por otros profesionales subjetivamente a favor de esta adopción.
En nuestra atención clínica, sí podemos observar hijos de lesbianas u homosexuales carentes de la clara figura diferenciadora. Realizando un análisis más profundo de su identidad sexual, observamos falencias que dificultan sus relaciones de pareja en forma no consciente. Dejamos de lado las personalidades anormales, psicópatas, limítrofes, etcétera.
Considero importante estudiar seria y detenidamente la base científica no basada en la opinión, sino en la evidencia clínico-científica.
Prof. Dr. Giorgio Agostini Visentini
Psicólogo, Director Inst. Psicológico Psiquiátrico