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Cartas
Viernes 21 de noviembre de 2014
Fallas del Metro
Señor Director:
La falla ocurrida la semana pasada en el Metro de Santiago ha vuelto a evidenciar las falencias de la institucionalidad en nuestro país. Para la opinión pública, el ministro de Transportes y Telecomunicaciones tiene responsabilidad en el hecho, aún cuando Metro sea una empresa pública, constituida como sociedad anónima desde 1989, con un directorio autónomo, y respecto de la cual el ministro Gómez-Lobo no tiene responsabilidad administrativa alguna.
Es necesario preguntarse por qué debiera ser responsabilidad de un ministro la operación y mantención de un servicio de transporte que funciona solo en una ciudad del país. De acuerdo a la experiencia internacional y a la Política Nacional de Desarrollo Urbano de Chile, los ministerios debieran ser responsables de fijar las reglas y formular las políticas nacionales sobre planificación y gestión urbana, dejando a los niveles regionales, metropolitanos y locales la responsabilidad de planificar, invertir y operar los servicios públicos, incluido el transporte público, en las diversas ciudades de Chile.
Es una pérdida para el país distraer al ministro de Transportes y Telecomunicaciones de sus funciones esenciales para que resuelva una crisis en un servicio de transporte de una ciudad específica, por importante que esta sea. La operación de redes y servicios públicos urbanos debe ser responsabilidad de la autoridad metropolitana o comunal que corresponda, a las que debemos dotar de las competencias y recursos necesarios para desempeñar adecuadamente estas funciones.
En este contexto, el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU) está elaborando un conjunto de propuestas para entregar a la Presidenta, en orden a permitir consolidar un sistema integrado y descentralizado de toma de decisiones en materia de gobierno urbano, reordenando las competencias que deben corresponder a los niveles nacional, regional, metropolitano y comunal para una gestión adecuada de nuestras ciudades. Cambios en esta línea no solo fortalecerían una gestión eficiente del Estado, sino que además reforzarían nuestra democracia, descentralizando las responsabilidades en autoridades que deban rendir cuentas a sus regiones y ciudadanos.
Luis Eduardo Bresciani Lecannelier
Presidente Consejo Nacional de Desarrollo Urbano