Después de buscar infructuosamente en Santiago algún lugar potable de cocina mexicana, la otra grande del continente junto con la peruana, hemos dado finalmente con un lugar que nos trasladó ipso facto al "México lindo y querido" y nos dejó más contentos que unas Pascuas.
Se trata del restobar Zapata, en Pedro de Valdivia esquina de Hernán Cortés... ¡Qué ironía! En todo México no hemos visto una estatua de Hernán Cortés, figura prodigiosa que, con un puñado de audaces, se apoderó del inmenso imperio en un santiamén: allá todo es devoción a Guatimocín, el emperador depuesto, y se profesa odio oficial a Cortés...
En Chile amamos la cocina del Perú, y desconfiamos de la de México: que es demasiado picante, que comen insectos y gusanos... Alicia de Angelis, gran cocinera mexicana, decía que "chile que pica en exceso, es chile mal trabajado". Y en Guadalajara, capital tapatía, hemos tenido que pedir, en "picá" popular, que nos trajeran ají... ¡Fuera con esa idea calumniosa! Claro que si Usía gusta de picores, puede encontrar en esta culinaria lo que guste, igual que en la cocina huasa.
Este restobar ofrece la cocina más típica en su punto perfecto, la cocina "del antojito", es decir, picoteos que se comen por doquier y a toda hora. La cocina de manteles también se puede comer "taqueada", no con tenedor y cuchillo, sino envuelta en tortillas de maíz; pero la concebida específicamente para este medio es la callejera o de "picá".
En Zapata hemos probado una muestra de ésta, hecha con tortillas de maíz que, misteriosamente, rebajan lo picante. Primero, unos magníficos tacos ($5.500 por tres, de buen tamaño: tingla de pollo al chipotle, carne asada, papa con chorizo). Y tres flautas de pollo ($4.000): tortillas de maíz enrolladas y fritas, rellenas con pollo, escoltadas de gloriosa crema ácida y de guacamole (más o menos picante, a pedido). Fritura crujiente, sequita, perfecta. Luego, quesadillas ($6.500), presentadas con una variedad de rellenos: champiñón-queso, jamón-queso y otros más, con salsa picante, crema ácida y guacamole. Terminamos, casi exhaustos, con (¡ah!) un grande y delicioso burrito de chancho con papas en salsa verde y frijoles negros refritos ($6.000). Pero no pudimos rechazar un mollete ($3.000) cubierto de frijoles refritos, queso derretido y salsa pico de gallo (pebre): delicioso y sano. Y renunciamos a los chilaquiles, a las tostadas y, ay, otras cosas...
El lugar no tiene más de seis meses. Luego ofrecerán guisos tradicionales, como moles, chiles en nogada, birria y postres (hoy no hay) como la jericalla de Jalisco, la capirotada. Y noticia para los aficionados: hay no menos de 240 marcas de cerveza de todo el mundo. Algunos aspectos son propios del rodaje, como las pocas mesas (chiconas), servicio algo alborotado. Estacionamiento en la calle (Hernán Cortés). Barato y muy rico.
Hernán Cortés 2492 (entrada por P. de Valdivia), 29573865.