Señor Director:
Los miembros del
directorio de la Fundación Iguales han criticado
la columna del doctor Dörr sobre homoparentalidad. Me permito hacer algunos comentarios al respecto, pero sin entrar en el fondo, pues se trata de una cuestión eminentemente técnica.
El doctor Otto Dörr, prestigiada autoridad en el ámbito de la psiquiatría y la academia, tiene estudios y una larga práctica clínica, tanto en Chile como Alemania. Su análisis nace de la observación del fenómeno en la práctica, en el mundo real, luego de cientos de horas de trabajo con pacientes, y no de meras divagaciones especulativas desde el sillón de su despacho, o desde la vereda de la apasionada defensa de intereses corporativos.
Quienes firman la carta en referencia critican el informe del doctor Ragnerus -citado por el doctor Dörr- por su falta de independencia, pues este habría sido financiado por una institución "ultraconservadora". Pasan por alto el hecho de que ellos mismos representan los intereses de la que es acaso la más conocida institución que entre nosotros promueve el ideario homosexual. Si el informe de Ragnerus carece de imparcialidad, otro tanto sucede con la Fundación Iguales.
Dicen, por otra parte, que diversas sociedades profesionales han fallado el pleito en favor de la homoparentalidad, en el sentido de que esta no sería perjudicial para los niños. Este argumento es insustancial, pues el número de estudios a favor de una postura no garantiza la veracidad de sus conclusiones. Por lo demás, también hay numerosas sociedades que han sostenido la conclusión contraria.
Para rematar su esforzada argumentación, señalan que el modelo de familia "heteroparental" y "bien constituida" sería "poco representativo" y estaría en "progresiva disminución global", conclusión gratuita y sin sustento científico -o que al menos han tenido buen cuidado de no darlo a conocer-, que solo mira a los intereses de su propia institución. En este tipo de debate es indispensable un mínimo de honestidad intelectual y rigor científico, características que brillan por su ausencia en la carta mencionada.
Fernando Ugarte Vial