Señor Director:
Muchos vecinos de Maitencillo se oponen a la construcción de un edificio de viviendas que los dejaría sin acceso a un lugar único junto al mar, cuyo gran potencial para el esparcimiento público apareció cuando se demolió el antiguo Hotel Las Rocas.
En su
carta del martes, el arquitecto Martín Lira dice que se está discutiendo el legítimo derecho de la inmobiliaria a desarrollar un proyecto que respeta las normas vigentes. Tiene razón. A veces las puras normas no son suficientes para cuidar el bien común. Y, como en este caso, aunque parezca tarde, se hace necesario enmendar el antiguo error de construir caminos, casas, y edificios a la orilla del mar, y no perpetuarlo.
Para mejorar el paisaje, que es la relación necesaria entre la gente y la naturaleza de su país, hay que estar dispuestos a veces a saltarse alguna regla, compensando de una manera justa a los perjudicados.
Sería un mal negocio para Chile perder para siempre lo que va quedando del borde del mar en la costa central.
Germán del SolArquitecto Premio Nacional 2006