"Así como está, es imposible que Valdivia vaya al Mundial".
Jorge Sampaoli lo dijo hace exactamente un año. Era noviembre de 2013 y recién se habían jugado los últimos dos partidos de una temporada excelente, que incluía la clasificación al Mundial de Brasil. El primer amistoso, en Londres, se ganó a Inglaterra por dos a cero con un apunte notable: Chile jugó sin dos de sus astros refulgentes: Arturo Vidal, entonces uno de los mejores volantes del mundo, y Jorge Valdivia, su genial armador. Pero alcanzó con el brillo de Alexis Sánchez, que jugó un partido de alto vuelo y marcó los dos goles, con Marcelo Salas en la tribuna.
Después, en Toronto, se cerró el año con una derrota: 0-2 con Brasil. No era el mejor cierre para un año notable y dejaba, además, la duda sobre el concurso del jugador que era eje de todas las evoluciones tácticas del entrenador. Sampaoli, en efecto, podía soslayar la ausencia de un goleador apoyado en las variables ofensivas que le permitía la capacidad de un 10 tan completo y diferente que podía llamarlo de cualquiera forma, incluyendo "nueve falso".
Tanto podía prescindir de un referente de área, que sorprendió a todos cuando excluyó de la nómina para esos dos partidos a Humberto Suazo, el único consagrado de los especialistas de ese momento (Mauricio Pinilla, Ángelo Henríquez, Nicolás Castillo). Sin embargo, el estado físico del "Mago" no lo aseguraba para el Mundial y amenazaba la organización del equipo.
Las cosas, a doce meses de distancia, no son diferentes. El último partido de un gran año termina en una derrota, nuevamente a manos de un sudamericano, y con el notable armador ofensivo con problemas físicos. Nada asegura hoy que para la Copa América esté en condiciones Valdivia, considerando que es un torneo de alta exigencia, en comparación con un par de amistosos.
Jorge Valdivia es un creador genial. Como todos los tipos geniales, en cualquier actividad, tiene altibajos pronunciados en su producción, principalmente por motivos anímicos. Obviamente, son sujetos distintos; algunos, muy distintos. Perciben la realidad de manera especial, tal vez viendo cosas que la mayoría no vemos (salvo en estados alterados de conciencia). Valdivia parece ver en la cancha lo que sucede a sus espaldas (tal vez lo ve efectivamente...) y sabe lo que hará antes de que le llegue la pelota (solo a "Chamaco" Valdés le vimos esta cualidad).
Estamos donde mismo hace doce meses. Poniéndole un broche de dudas a un año espléndido. Perdiendo con un rival clásico. Nuevamente con Alexis como figura esencial y con el "Mago" en duda.