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Editorial
Jueves 20 de noviembre de 2014
Ruta Caldera Antofagasta
Sorprende que el MOP no haya tenido entre su cartera de proyectos el de aumentar a estándar de autopista la Ruta 5 entre Caldera y Antofagasta. La experiencia indica que la doble pista se ha ido extendiendo hacia el Norte.
La Ruta 5 entre Caldera y Antofagasta pasará a tener estándares de autopista, con dos pistas en cada sentido, según un anuncio del MOP. Todo indica que el proyecto es interesante y, según estudios preliminares, no requeriría un subsidio. El nuevo proyecto nace de una iniciativa privada, la que luego de ser estudiada y aprobada por el Consejo de Concesiones, fue declarada de interés público por el Gobierno.
La idea de los proyectos de iniciativa privada es que la industria privada de concesiones tenga incentivos para idear obras que no han sido consideradas por el MOP. Estos incentivos intentan imitar la industria de la propiedad intelectual. La remuneración que recibe la empresa proponente de la iniciativa es una bonificación en su puntaje al licitarse el proyecto. En el caso de un proyecto de gran magnitud, como este, el premio es un 3% de la inversión estimada, por lo que la bonificación para el proponente de la doble pista entre Caldera y Antofagasta es de poco más de $10.000 millones. Es decir, la empresa proponente puede solicitar un monto un 3% mayor al de sus competidores (en el caso de una licitación por el valor presente de los ingresos) y recibir la concesión. El MOP, apoyado por el gremio de los concesionarios, estima que este es un valor demasiado pequeño, y desearía aumentarlo a un 10% del valor estimado de la obra, es decir, multiplicaría esa suma en más de tres veces.
El problema de las iniciativas privadas es que resulta difícil evaluar el valor de su contribución. En el caso de la propiedad intelectual, como una patente por una invención, el valor proviene del mercado. La empresa que obtiene una patente opera como monopolio: ideas más valiosas son más demandadas por el mercado y el excedente para el inventor es mayor. En los proyectos de iniciativa privada la remuneración es un porcentaje preestablecido y que no tiene relación con el valor social del proyecto.
En el caso del proyecto en cuestión -el de aumentar a estándar de autopista la Ruta 5 en el tramo Caldera Antofagasta-, sorprende que el MOP no lo haya tenido en su cartera.
La experiencia indica que la doble pista se ha ido extendiendo hacia el Norte. Actualmente se construye en autopista el tramo La Serena-Vallenar, y el segmento siguiente debería ser el de Vallenar a Copiapó-Caldera. En ese escenario es difícil creer que el MOP no haya considerado el tramo de la Ruta 5 desde Caldera al norte. En un proyecto sin mucha innovación, ¿tiene sentido darle ventaja a una empresa, lo que implica que puede obtener el proyecto pese a que exige más ingresos que sus competidores? Cuando el porcentaje es de un 3%, es posible que el problema no sea demasiado serio, pero al aumentar al triple el premio, como lo desea el MOP y los concesionarios, el costo para la sociedad aumenta en exceso.
Una interpretación del interés del MOP por los proyectos de iniciativa privada es que, como deben entregarse con estudios de respaldo, realizan una labor para la que el MOP y en especial la Coordinación de Concesiones no disponen de los recursos suficientes para realizar estudios y desarrollar apropiadamente los proyectos, lo que sin duda es una grave deficiencia. La presión política por construir proyectos hace que el presupuesto para estudios y desarrollo -que tal vez les serán útiles a un futuro ministro de Obras Públicas- no reciba el apoyo ministerial que merece. De resolverse institucionalmente este problema presupuestario, acaso el interés del MOP por los proyectos de iniciativa privada -incluso cuando sean innovadores- se reduzca.