Señor Director:

En su actual visita a España, la Presidenta de la República ha acusado a quienes critican la reforma educacional de llevar a cabo una campaña del terror por denunciar que esta producirá el cierre de un gran número de colegios.

Sin embargo, al escucharla da la sensación de que cree firmemente que no sucederá, y pareciera que está desinformada. La transformación de emprendedores educacionales en empleados públicos y la eliminación de legítimas ganancias para quienes desarrollen la actividad producirán sin duda la pérdida de todo interés de los emprendedores más valiosos por involucrarse en la actividad, de modo que estos o cerrarán o se transformarán en particulares pagados. Es una ley económica.

Si se persistiera en llevarla a cabo, harán esfuerzos por esconder la realidad poniendo gente de cartón para guardar las apariencias y demostrar que nada ha pasado, pero el malestar de los padres, cuando no el de los propios hijos al recibir una pésima educación, será una bomba de tiempo que tarde o temprano explotará.

Hay en algunos parlamentarios de gobierno demostraciones de serias dudas sobre el fondo de este proceso, con sanas inquietudes que nada tienen que ver con una campaña del terror. Más bien parece el fruto de una sana reflexión y de informarse sin prejuicios de los peligros de seguir adelante tal cual.

Enrique Goldfarb