Lucía Adriasola C.

Con megáfonos, chicharras y banderas negras, alrededor de un centenar de dueños de restaurantes, pubs, bares y botillerías de Providencia llegaron al mediodía de ayer hasta el frontis de ese municipio para protestar -por segunda vez- contra la ordenanza que desde el 13 de octubre pasado restringe la venta de alcoholes en cinco barrios de la comuna.

Según Fernando Bórquez, presidente de la Asociación Nacional de Dueños de Locales Nocturnos y Espectáculos Turísticos (Anetur), en estas dos semanas de restricción, más de 820 personas han perdido sus empleos y una veintena de locales están anunciando su cierre.

"Le pedimos a la alcaldesa que por favor, junto con los concejales, rectifiquen esta ordenanza. Esto no da para más", expresó, apoyado entre gritos por los locatarios presentes.

Para ser escuchados más allá de los abucheos, Bórquez sostuvo una reunión de media hora con la alcaldesa subrogante Ximena Salazar (Josefa Errázuriz anda de viaje en Taiwán junto con la Asociación Chilena de Municipalidades); el director de Seguridad, Adolfo González, y el concejal Rodrigo García Márquez (independiente), quien además preside la comisión de alcoholes de la comuna.

Este último fue objeto de agresiones físicas y verbales por parte de los manifestantes, quienes también insultaron al concejal Jaime Parada (PRO).

Junto con rechazar los ataques, Bórquez dijo que los concejales "se manifestaron preocupados por las consecuencias que se han causado. Se comprometieron a revisar la situación dentro de los próximos cinco días, a la espera de que llegue la alcaldesa". Poco después, García Márquez dijo que había hablado a título personal, si bien añadió que en el próximo concejo municipal, el martes 4, hará una propuesta concreta al respecto.

Más allá de eso, la municipalidad confirmó que en el próximo concejo municipal se volverá a debatir el horario de cierre efectivo de los locales.