La comedia ha confirmado, hasta ahora, su reinado en el horario vespertino. La fórmula que mezcla temas simples y cotidianos, con un elenco reducido y una buena cuota de humor, fue probada con éxito por TVN - "Pobre rico" y "Somos los Carmona" son algunos ejemplos-, y ahora es replicada con maestría en "Pituca sin lucas" (Mega). Pero Canal 13 decidió dar un paso al costado, y debutó con "Valió la pena", un drama con tintes de comedia que rompe con los paradigmas: muestra una historia con varias subtramas y una veintena de personajes que se irán relacionando a medida que avanzan los capítulos.
El episodio debut parte como si se tratara de una serie policial: Sergio (Francisco Pérez-Bannen) y su pequeña hija Ema huyen -no sabemos por qué- en medio de una balacera de la que la pequeña consigue escapar. La escena se traslada a Santiago, donde Ema busca a Rosario (Lorena Bosch), una amiga de la infancia de su madre, que se convertirá en su tutora. Al final del episodio, además, empieza a perfilarse el romance entre Rosario y Gastón (Cristián Arriagada), un ecologista que se opone a la construcción de un mall a cargo de la inmobiliaria donde ella trabaja.
Apostar por tantas historias y personajes desde el capítulo uno -y sin desarrollar ninguno de ellos- le jugó en contra a "Valió la pena", que aunque goza de buena factura y de las excelentes interpretaciones de Lorena Bosch y de la pequeña María Fernanda Martínez (Ema), tuvo evidentes fallas de edición y de coherencia narrativa. ¿Cómo se explica, por ejemplo, que el personaje de Pérez-Bannen pase de estar casi muerto en el suelo a sentarse a almorzar con unos ancianos a los que luego amordaza? ¿Deberíamos inferir que estos lo rescataron y él ahora se tiene que arrancar? También hay un problema de credibilidad: ¿Por qué tras vivir la dramática muerte de sus padres, a la pequeña Ema solo en una escena le dan ganas de llorar? Las preguntas valen porque aunque se valora que Canal 13 quiera innovar, lo concreto es que a las 20 horas es la familia en pleno -niños y jóvenes incluidos- los que ven y "escuchan" televisión y que demandan un producto sin tantas pretensiones con el que todos puedan empatizar.