Señor Director:

Ya sea por ignorancia o por intencionalidad política, se está haciendo un hábito distorsionar la presentación de los resultados de las encuestas. Pero el caso de la última medición de Plaza Pública/Cadem, dirigida por el señor Roberto Izikson, ha pasado todos los límites de lo aceptable.

Cadem destaca una supuesta baja de Andrés Velasco en la pregunta que refiere a eventuales candidaturas presidenciales. Lo hace en su sitio web y en sus comunicaciones con los medios. Pero los profesionales de Cadem saben perfectamente que tal baja no existe. La adhesión a Andrés Velasco no cambia respecto de la encuesta anterior. Este es un dato del porte de una catedral. Pero Cadem decide focalizarse en la sub-muestra Nueva Mayoría más PRO. En ella, Andrés Velasco desciende.

Este descenso es irrelevante toda vez que en el total de los encuestados su adhesión no varía respecto de la encuesta anterior. Para que Velasco no haya bajado en el total, el menor apoyo en la Nueva Mayoría más el PRO debió haberse compensado por un alza en otros sectores. Los independientes, por ejemplo. Pero de eso Cadem no nos habla. Como tampoco nos informa del porcentaje de la muestra que se define como de la Nueva Mayoría más el PRO.

Si encuestas anteriores son confiables, esta coalición inventada por Cadem (no hay alianza alguna entre la Nueva Mayoría y el PRO) es un subsegmento minoritario de la muestra. En consecuencia, sacar conclusiones sobre lo que ocurre en este grupo es técnicamente aberrante. Por la naturaleza del posicionamiento de Andrés Velasco, sus apoyos provienen de distintos sectores de la opinión pública. Si su adhesión procede de la Nueva Mayoría más el PRO o de otros sectores es irrelevante. Mientras en el total de los potenciales electores su adhesión sea alta y se mantenga, el resto es puro cuento.

Ahora, por qué Cadem ha decidido contarnos uno, es algo que solo ellos podrían responder.

Pablo Halpern