Señor Director:

En los próximos días se votará en la Cámara Baja el proyecto de ley que termina con el lucro, el copago y la selección en el sistema escolar. Es necesario aclarar a las familias chilenas que esto no significa acabar con el sistema mixto de educación o la libertad de enseñanza. La historia republicana de nuestro país se ha desarrollado a partir de la integración de aquellos proyectos educativos que ofrecen a las familias la posibilidad de elegir cierta "particularidad"; esta elección se ha de complementar con el rol que permanentemente la educación pública debe jugar al formar con excelencia y sin discriminación a todos los niños, niñas y jóvenes de Chile.

Sin duda alguna, este sistema mixto ha jugado un rol fundamental en la organización de la cultura de nuestro país. La inclusión y la diversidad constituyen una condición para el bienestar común y la paz social.

Sin embargo, lo anterior no tiene mucho que ver con el sistema que tenemos hoy. El lucro no ha ayudado a mejorar la calidad de nuestros colegios, más bien ha convertido a nuestros niños en objeto de negocio sin que se demuestre que la recepción de utilidades por parte de los dueños mejore la calidad. Por otro lado, la selección ha contribuido bastante poco a aplacar la violencia al interior nuestros establecimientos educacionales, ha acrecentado la segregación y tampoco ha demostrado incidir en un mejoramiento de la formación de nuestros niños.

Finalmente, el copago se ha transformado solo en el mito que dice que por el hecho de pagar se ha de recibir una buena educación. La eliminación del copago solo significa que ese diferencial lo asumirá el Estado, sin que ello perjudique a las familias.

La naturaleza de este proyecto es contribuir a la cohesión y solidaridad en nuestro país. Su aprobación, lejos de limitar la libertad de enseñanza, contribuye a cualificarla; ayuda a mejorar dicha libertad.

Jaime Gajardo Orellana
Presidente Colegio de Profesores de Chile A. G.