Señor Director:

Es evidente que la actividad política necesita plata, la que proviene de los que tienen plata.

Este asunto de la democracia tiene muchas ventajas y algunos bemoles. Entre ellos, el principal es el financiamiento. En EE.UU., al menos la mitad de los senadores son multimillonarios y bastantes diputados o representantes también lo son. Entre ellos, un gran senador es John Rockefeller, lo que en general viene a ser un problema para la democracia. Aquí hemos vuelto a creer que nuestro sistema de financiamiento de la política era un nuevo descubrimiento de la pólvora. Y no es así.

Los empresarios los financian a todos. A los de derecha porque defienden el sistema económico y político, aunque no siempre, y a los de izquierda por miedo. Todo esto se hace en un secreto a voces y por eso les ha estallado la bomba en la cara.

¿Cómo es esto, por ejemplo, en Francia o en Italia? Igual. O la política se financia con plata privada o debe pagarla el Estado. En cualquier caso, de manera abierta y transparente, en la medida de lo posible, como se dice y se hace todo en política.

Como diría Parra, "that is the question". Para qué enredarnos aún más.

Manuel Blanco Vidal