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Cartas
Domingo 21 de septiembre de 2014
Urgencia de una mesa directa
Señor Director:
A esta altura del año ya no podemos hablar de ambigüedades o de pocas claridades por parte del Gobierno respecto de lo que viene para la reforma educacional. El manto de dudas en este asunto se ha disipado.
En algún momento, el archiconocido abandono de la reforma estructural en el caso de la reforma tributaria junto con los llamados a un acuerdo transversal para la reforma educacional dieron luces de que el panorama no se veía positivo para la reforma que ha movilizado más gente desde la vuelta de la democracia.
Sin embargo, aquello que alguna vez era una mera posibilidad, hoy es una realidad. La finalización del Plan de Participación Ciudadana mostró ser lo que desde la Confech se anunció que iba a ser: un espacio con incapacidad de síntesis, que no iba a contribuir positivamente a la reforma y donde los sectores que no querían reforma alguna se encontraban completamente sobrerrepresentados. Un ejemplo de esto puede verse en la mesa de financiamiento de la educación superior, la que ni siquiera fue capaz de llegar a un consenso en torno a algo tan básico y sentido por la sociedad chilena, como la eliminación del lucro. En esta misma perspectiva pueden leerse las indicaciones enviadas por el Ejecutivo al proyecto de ley que elimina el lucro, el copago y la selección. Con ellas, el Gobierno termina, nuevamente, por concederle a la derecha elementos fundamentales de la reforma, por ejemplo con la apertura de la posibilidad de arriendo de inmuebles, abriendo nuevamente la posibilidad a una de las formas más tradicionales de lucro. Hoy la dirección del Gobierno es clara: abandonar la reforma estructural en pos de generar un acuerdo con la derecha.
Ahora, ¿por qué la reforma ha tomado este rumbo? La solución es sencilla. El movimiento social ha sido deliberadamente excluido de los espacios de diseño de esta. El Gobierno ha tomado decisiones: negociar con la derecha, excluir al movimiento social. Es por ello que desde la Mesa Social por la Educación Pública exigimos un espacio directo y sin ambigüedades con el Ministerio, donde podamos abordar con profundidad y urgencia los aspectos estructurales de la reforma educacional que hoy están siendo abandonados. Los años de movilización más importante en la historia reciente de nuestro país no pueden decantar en un maquillaje mezquino a un sistema que debe ser cambiado de manera completa. La garantía de que esto no suceda es una sola: el movimiento social debe ser parte de la construcción de la reforma educacional.
Melissa Sepúlveda
Presidenta FECh