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Sábado 20 de septiembre de 2014
El primer monumento a José Miguel Carrera
Era deber rendirle honores como correspondía a un patriota notable. Aunque fuera de manera póstuma. Y qué mejor ocasión para ello que hacerlo un 17 de septiembre, justo cuando comenzaban las celebraciones "dieciocheras" de 1864. Ese día se inauguró la estatua de José Miguel Carrera. "En el lado poniente de la verja del jardín que ocupa el óvalo central de la Alameda", informaba "El Mercurio".
Se trataba de una figura de bronce que representaba al héroe en su traje de "Húsar de la muerte", mostrando su sable libertador. Había sido mandada a fundir a París, como encargo al escultor Auguste Alexandre Dumont, y fue financiada por erogación popular.
Era deber rendirle honores como correspondía a un patriota notable. Aunque fuera de manera póstuma. Y qué mejor ocasión para ello que hacerlo un 17 de septiembre, justo cuando comenzaban las celebraciones "dieciocheras" de 1864. Ese día se inauguró la estatua de José Miguel Carrera. "En el lado poniente de la verja del jardín que ocupa el óvalo central de la Alameda", informaba "El Mercurio".
Se trataba de una figura de bronce que representaba al héroe en su traje de "Húsar de la muerte", mostrando su sable libertador. Había sido mandada a fundir a París, como encargo al escultor Auguste Alexandre Dumont, y fue financiada por erogación popular.
"Es de un aspecto majestuoso", se describía en el diario. Como también lo fue la ceremonia, "una hermosa fiesta que fue el comienzo de los regocijos públicos de este año".
En la ocasión, tomó la palabra el diputado Benjamín Vicuña Mackenna, señalando que el héroe de la Independencia, injustamente fusilado en Mendoza, luego sería reconocido por la historia. "Los que están aquí de pie, delante del bronce eterno, cumplen la justicia de los siglos, descubriendo sus frentes con respetuosa reverencia a la faz del cielo y en nombre de ese otro cielo más radiante y esplendoroso que el del firmamento: ¡la justicia!".
Asimismo, dio un emotivo discurso, el entonces diplomático José Victorino Lastarria: "Carrera se adelantó a su época. Queriendo apresurar los acontecimientos, pretendió que sus contemporáneos rompieran bruscamente con su pasado y con su presente para consumar una revolución que miraban con recelo, para lanzarlos a un porvenir de verdad, que ellos suponían un abismo. ¡Tal fue su culpa! ¡Tal fue su gloria! (...) Sus enemigos lo condenaron. Su posteridad lo absuelve y glorifica, porque en él ve al gran patriota, al primero de los revolucionarios de Chile colonial".
Y agregaba: "El general Carrera, con sus compañeros, lo reorganiza todo, emprende todo género de reformas, establece la libertad de prensa, decreta la formación de una bandera nacional y, por fin, proclama en varios documentos oficiales la Independencia, llamando tiránico al gobierno español (...). Después de medio siglo, Chile divisa la gran figura del revolucionario de 1811, admira sus virtudes y con mano poderosa, la levanta desde las cenizas de los tiempos y la convierte en ese monumento sagrado para enseñanza de las generaciones y para glorificar la revolución. ¡Salve ilustre Carrera! Yo te saludo a nombre de la patria libre e independiente. A nombre de este pueblo noble, que ha realizado tus ardientes deseos y que hoy te hace espléndida justicia".
Actualmente, esta primera estatua al prócer se ubica en la comuna de San Miguel, en la plaza que lleva su nombre.