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Sábado 20 de septiembre de 2014
"Yo trabajo para el Gobierno, no para la Nueva Mayoría"
Sebastián Dávalos aborda el sello de su gestión, sus desafíos, el rol de las primeras damas y la importancia de salir a la calle para elaborar programas sociales. También expresa su opinión sobre la coyuntura política.
El miércoles 17, el director sociocultural de la Presidencia, Sebastián Dávalos (36 años), cumplió seis meses en su cargo. El también hijo de la Mandataria Michelle Bachelet desempeña sus funciones en el segundo piso de La Moneda, en una oficina que alberga algunas fotografías de su familia y donde destaca una en la que aparece junto a su madre cuando asumió su primer mandato, en 2006.
Dávalos afirma que su rol a cargo de siete fundaciones le gusta "mucho más" de lo que esperaba y que le ha permitido descubrir "una veta que no había trabajado nunca: desarrollo social". Esta nueva faceta lo hace reafirmar que, tras cumplir los cuatro años de este gobierno, continuará ligado al Estado y, a su vez, no descarta por completo una posible carrera parlamentaria.
-En estos seis meses, ¿cuáles han sido los principales desafíos de su gestión?
-Marcar un sello distinto de lo que se ha hecho en todos los gobiernos desde la vuelta a la democracia y poner a las fundaciones no solo al servicio de las personas que son beneficiarias, sino que reestructurarlas acorde a lo que son los tiempos. Algunas fundaciones tienen orgánicas que vienen desde el gobierno de Patricio Aylwin.
-¿Cuál será ese sello?
-La inclusión. Es algo que en nuestro país ha quedado de lado. Algunas de las fundaciones responden a paradigmas propios de los finales de los 80 y principios de los 90. En el caso de la familia, por ejemplo, está la típica familia de padre y madre y dos hijos, que no es lo más representativo de las familias actuales. Las familias pueden ser una madre sola con niños, o un padre solo con niños, abuelos que cuidan a los nietos, y eso no se veía reflejado en el trabajo que se diseñaba en algunas de las fundaciones. Hay una visión un poco anacrónica. La idea es modernizar las fundaciones y poner un fuerte componente de inclusión, porque no solo me refiero a la composición de las familias, sino que de la sociedad. Hoy tenemos una mayor cantidad de inmigrantes, pueblos originarios que no se les tomó en cuenta en el momento de hacer políticas. Nosotros pensamos que todo eso tiene que ser considerado al momento de elaborar programas.
-En algún momento se habló de usted como el "Primer Damo", ¿Le molestó?
-No me molestó, me dio risa, creo que eso lo dijo (Néstor) Kirchner y de ahí lo deben haber sacado. Demuestra que en este país todavía existe machismo y segmentación de roles, géneros, y eso me llama la atención. Me interesaría que al final de los cuatro años este cargo no quedara supeditado a que alguien fuese 'esposa o esposo de'. Por eso hablo de la profesionalización del cargo. Creo que Chile no debería obligar a una Primera Dama o a un "Primer Marido" a tomar un cargo. Si una Primera Dama es muy destacada en su área, no tiene por qué dejar su trabajo para hacerse cargo de fundaciones que de repente podrían no interesarle. Este es un lugar donde se pueden hacer muchas cosas. Las primeras damas tienen un rol protocolar y no necesariamente son las directoras socioculturales. Creo que los directores socioculturales anteriores no fueron lo conocidos que pudieron ser.
-Usted está a cargo de siete fundaciones, ¿es partidario de las alianzas público-privadas?
-Es necesario una alianza público-privada, bajo ciertos parámetros. Son parámetros desde transparencia en el trabajo conjunto que se hace, que esas alianzas no impliquen ningún tipo de menoscabo.
-De acuerdo a la última encuesta del CEP, las reformas del Gobierno no tienen suficiente apoyo, ¿a qué lo atribuye?
-Nosotros no conversamos de las reformas con la gente, conversamos del trabajo que tiene que ver con las fundaciones. En terreno preguntamos cuáles son las necesidades, pero no conversamos de la reforma tributaria, ni educacional. La gente no pregunta, la gente tiene intereses más particulares y del día a día. Nunca he creído en las encuestas. Creo que pueden ser orientadas. No he revisado metodológicamente la del CEP, así que no me atrevo a hacer un juicio al respecto. Lo que sí tengo claro es que la CEP no es lo que solía ser. En terreno me topo con gente que quiere a la Presidenta. Si yo llevara eso a una encuesta tendría una aprobación que no es acorde a lo que dice la CEP.
-¿Cree que el escenario de desaceleración económica podría afectar al Gobierno?
-En terreno yo no le he sentido. No me atrevo a decir que no exista, pero no ha sido un reclamo. Un escenario de crisis siempre es más perjudicial que uno de bonanza, y en ese sentido obviamente que un escenario de recesión podría perjudicar al Gobierno.
-Usted señaló que se había ofrecido para este cargo porque, entre otras cosas, su madre "necesita apoyo, no solo político, sino que familiar". ¿Ha cumplido ese rol?
-Espero haberlo cumplido, pero no soy el más adecuado para decirlo. A lo que me refiero es que ella no solo necesita apoyo político, sino que además apoyo familiar. Apoyamos que sea Presidenta y las decisiones que toma.
-La Mandataria señaló en un momento que su familia "puede ser un cuchillo cuando es necesario", ¿cómo lo interpreta?
-A veces la familia puede tener menos tapujos al momento de conversar. Los ministros, organizaciones sociales o parlamentarias pueden ser más mesurados al momento de levantar críticas o dar su opinión y la familia puede ser más directa. Las cosas que converso con la Presidenta sobre la Dirección Sociocultural se las digo sin tapujos.
"No comparto la opinión del ex Presidente Lagos"
-¿Qué impresión tiene usted de la Nueva Mayoría y de los partidos?
-En general no me gusta cómo funcionan los partidos. Yo trabajo para el Gobierno, no para la Nueva Mayoría. Y mi jefe es la Presidenta. Decidí no hacer vida político-partidista.
-¿No pretende activar su militancia en el PS?
-No por el momento. Tengo trabajo de sobra aquí como para pensar en militar activamente.
-¿Sigue siendo el partido que más lo identifica?
-Así es.
-¿Considera usted que tiene futuro en la política?
-No lo sé y no lo he considerado. Aquí internamente me lo han preguntado varias veces. No llegué pensando en una carrera política. Cuando uno dice carrera política, ¿es únicamente estar en el Parlamento y ligado a los partidos? o ¿es también trabajar con organizaciones sociales? Si nos quedamos en la política como lo público, yo creo que voy a seguir ligado a lo público, pero la carrera político-partidista no es lo mío.
-¿Y la carrera político-parlamentaria? ¿La descarta?
-Es difícil descartar cosas, hace tres años jamás habría pensado en llegar acá, a la Dirección Sociocultural, pero no puedo descartarlo. Más que ver cómo el trabajo se materializa en leyes, me gusta ver cómo se materializa en programas.
-¿Qué le pareció la llamada "retroexcavadora"?
-Me parece una frase desafortunada. Las cosas que se han hecho bien en el tiempo hay que mantenerlas y mejorarlas, y las que se hacen mal hay que cambiarlas.
-Usted ha dicho que la Alianza era una "oposición poco constructiva, que no tiene asco en atacar". ¿Sigue con esa percepción?
-Se ha ido moderando en el tiempo, pero depende de los liderazgos dentro de la Alianza. Ha habido liderazgos muy positivos como el de Pablo Longueira cuando hacía política de consensos en el Gobierno de Lagos y tenía una posición más constructiva, pero hay otros sectores que lo que hacen es atacar y pegar en el suelo al que está caído. Esperaría de parte de todos los sectores políticos una posición similar a lo que ocurre en relaciones internacionales. Cuando hay un problema todos los partidos se alinean. Esperaría que los partidos tuviesen una visión más de Estado.
-Del ex Presidente Ricardo Lagos usted dijo hace un tiempo que rescataba su "carisma y su presencia".
-Sí, él impone con su presencia. Él es un estadista.
-¿Y le molestó cuando dijo que al Gobierno le hace falta decisión política?
-Él, como ex Presidente, puede tener la opinión que quiera, está en su derecho a opinar. Yo no comparto la opinión del ex Presidente Lagos.
-Uno de los secretarios de Estado más cercanos a la Presidenta es el ministro Rodrigo Peñailillo. Hay quienes dicen que es el "hijo político" de la Mandataria, ¿concuerda?
-Si alguien fuese el hijo político de la Presidenta tiendo a creer que sería casi como una imagen y semejanza de. Yo creo que el ministro del Interior es un gran político, creo que es un gran ministro, pero no creo que tenga los mismos atributos que la Presidenta, son distintos.
-¿Qué atributos tiene?
-Es una persona muy inteligente y muy capaz. Tiene una gran visión política. Hace lecturas muy adecuadas de los contextos políticos, pero no es similar a la Presidenta, ella tiene otros atributos, la gente la ve más cercana, la ve como la mamá.
-¿Ve posible un cambio a la Constitución?
-Espero que haya cambio a la Constitución, no sé si es posible o no. Eso va a depender del trabajo del Congreso.
"Pedimos que se eliminara el requisito de los antecedentes penales"
-¿Qué programas grafican el sello de "inclusión" que pretende otorgar a la Dirección Sociocultural?
-Definirlos como programas es convertirlos en un papel y eso a mí no me sirve. Estamos trabajando en red, dentro de las fundaciones, con otras instituciones y en conjunto con los ministros. Por ejemplo, con Prodemu (Promoción y Desarrollo de la Mujer) las beneficiarias también son beneficiarias de Artesanías de Chile. Estamos eliminando requisitos de entrada: pedimos que se eliminaran las fichas de protección social en algunos casos, también el requisito de los antecedentes penales. Si alguien quiere capacitarse, para volver a hacer su vida, no se le puede negar. Estamos haciendo trabajo en cárceles, nos juntamos con el Ministerio de Justicia. Estamos viendo cómo avanzamos con los reclusos para que la gente que está en cárceles pueda tener algún trabajo adentro. Estamos trabajando en un programa de cuentacuentos con la tercera edad. Respecto del Futbolazo, reestructuramos la forma de trabajo que se hacía con Fútbol Calle, estamos reorientándolo.
-La Fundación Integra impulsa la educación inicial, ¿cuál va a ser su labor en la reforma educacional?
-Va de acuerdo con el programa, que la primera infancia es la más importante. Es justamente la etapa en la vida donde no se hacen diferencias, todos los niños son iguales y tienen las mismas posibilidades y oportunidades. Creemos, y así lo hace la Fundación Integra, en la gratuidad de la educación. Integra no cobra a los beneficiarios y atiende a un porcentaje de la población que no es necesariamente la más vulnerable, sino que a los tres quintiles de la población, y nos gustaría apuntar a una cobertura para toda la sociedad.
-¿Qué tan importante son las salidas a terreno?
-La Fundación Integra lanzó una carta de navegación y una política educacional a nivel nacional que es el reflejo de un montón de conversaciones, encuentros que se han hecho a lo largo de Chile y que reflejan no solo lo que los técnicos piensan que debe hacer la educación, sino también lo que los padres, las educadoras e incluso los niños esperan de una fundación, colegio, sala cuna o de un jardín infantil. La forma más adecuada de ver la parrilla programática de las fundaciones, en vez de decidirlas desde el gobierno central, es escuchando a los beneficiarios.